• 16/12/2012 01:00

Una parte de Europa y Panamá

Una parte de Europa atraviesa graves situaciones de inseguridad social atribuidas a la lamentable crisis económica. Los denominados ‘pla...

Una parte de Europa atraviesa graves situaciones de inseguridad social atribuidas a la lamentable crisis económica. Los denominados ‘planes de austeridad’ —interprétese pobreza y muertes prematuras— han alcanzado, como siempre, a los sectores pobres y capas medias de estos países.

Recordar los planes de ‘ajustes estructurales’ —hoy medidas de austeridad— que se ofrecieron en los 80 como MENTOLATUM a las crisis, lo que ocasionaron.

Sus defensores panameños, por ahí andan muy tranquilos. ¿Los recuerdan?

Los pésimos manejos de las finanzas gubernamentales y de sectores privados, atestados de corrupción, han provocado este debacle, que como la ‘peste’ se extiende a otros países, además de los ya seriamente afectados. España, Portugal, Italia, Grecia son algunos ejemplos de esta galopante cuasi bancarrota en este continente. Las famosas ‘agencias calificadoras’, han jugado un rol importante en estos destinos. ‘Por la plata baila el mono’.

La seguridad social se desploma. La familia extendida desaparece. Los ‘recortados pensionados’ se han convertido en cabezas de familia. El suicidio ha sido la solución para algunos. La lucha y protestas, para una mayoría, su muestra de desaprobación y resistencia. Son algunos ejemplos de lo que allá ocurre.

Suena dantesco, pero es así.

En Panamá por varios siglos comunidades originarias de estas naciones, forman parte de nuestra diversidad étnica. Suponemos, se anida en ellos una gran preocupación por lo que pasan sus familiares o amistades en dichos países. ¿Somos solidarios con sus luchas?

Panamá, según cifras nacionales e internacionales, atraviesa un gran auge económico, que aún no permea democráticamente a los estratos más desposeídos.

Hay una gran preocupación por la deuda del país. Todos los ‘milagros económicos’ de antaño en otros lares, han sido efímeros. ¿Nos espera igual a nosotros?

Grupos empresariales y de trabajadores panameños han expresado su preocupación.

Nos crea un cierto temor que los escenarios que hoy nos presentan los hermanos países europeos en unos años sean parte de nuestro Panamá. No sé si ya es tarde para que no nos aboquemos a un precipicio y caída final. Somos economías interdependientes. Lo que ocurra en EE.UU., China, y otros países, como los hermanos europeo, en mayor o menor grado, nos afectará.

Mientras la impunidad y corrupción, aunadas a un consumismo patológico orientado por herramientas mediáticas, sean parte de nuestras vidas, solo nos espera un oscuro destino.

No quiero pensar que nuestro mayor activo, el Canal de Panamá, después de tantas luchas y mártires, sea la propiedad a entregar a empresas multinacionales a cambio de que asuman una deuda nacional que impresiona, podría ser impagable.

Para no llegar a ello, albergo la esperanza de que enrumbemos el país por otros senderos. Una reciente entrevista en un hermano periódico de España a la presidenta de Brasil es una lectura obligada en torno a lo que ocurre en Europa y su visión autocrítica de lo que ocurre en Brasil.

Lo que ocurre en Europa debe ser evaluado con profundidad y seriedad. No acrecentemos la desesperación de un pueblo que se pueda transformar en un nuevo Sansón, que al final actuó y dijo: ‘MUERA SANSÓN Y LOS FILISTEOS’. Luchemos por una verdadera seguridad y desarrollo humano que compete a todos. De no hacerlo, la democracia representativa y participativa, única esperanza pacífica, morirá.

‘El hambre es un insulto; envilece, deshumaniza y destruye el cuerpo y el espíritu... si no la propia alma; es la forma de violencia más asesina que existe’, Gandhi.

MÉDICO INTERNISTA, EXVICEMINISTRO DE SALUD.

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