• 29/01/2009 01:00

¿Planes de gobierno?

Al inicio del 2004 muchas fueron las reuniones entre perredés y populares para redactar un plan de gobierno ejemplar. Pretendíamos que “...

Al inicio del 2004 muchas fueron las reuniones entre perredés y populares para redactar un plan de gobierno ejemplar. Pretendíamos que “Patria Nueva” se construyera con valiosos programas, más allá de personas y partidos. Nunca falté a esas citas donde, junto a expertos, logramos preparar uno de los mejores proyectos de gobierno que alianza política alguna hubiese tenido en la historia panameña. El mismo fue complementado con las promesas de campaña formuladas por Martín Torrijos, como aquélla que los verdes nos encargaríamos de velar porque en el gobierno no hubiese corrupción. Todo quedó en papel, como lo de “cero corrupción” y “menos desempleo y más seguridad”.

En la campaña actual, al igual que en tantas anteriores, a la gente le importa un pepino si se presentan planes de gobierno auténticos o plagiados, cortos o largos, con propuestas concretas o disparates. Ven en su candidato una esperanza para lograr cambios no en función de lo que exprese un papel que después puede desvirtuarse o engavetarse, sino lo que éste transmite; lo escogen por lo que perciben de él. Cuando la Democracia Cristiana hizo sus pininos en la vida nacional en el ‘64 y el ‘68, dudo que partido alguno tuviese mejores planes de gobierno; ni 10% de la votación pudimos obtener.

A Balbina la perciben como la alcaldesa de San Miguelito en el peor tiempo del noriegato; como la que insultó a más no dar a Juan Carlos para luego abrazarlo como su vicepresidente; como la hermana del embajador Garrido cuyo delito de omisión tanto daño ha causado a los exportadores a Europa. La conocen por tener “dos millones”, difícilmente explicables para quien sólo ha sido funcionaria pública y por recibir “indemnizaciones” de la AMP, que se niegan a otros. A Endara lo recuerdan como el presidente en una irrepetible circunstancia de hace diecinueve años.

Eso es lo que explica el aplastante éxito de Ricardo Martinelli, representante del cambio por el que la mayoría de los panameños clama. Su estilo único de campaña ya evidencia lo que viene. Las “zapatillas del pueblo” han calado como tenía que ser en las olvidadas clases populares, que saben que Martinelli camina con ellos hacia un futuro luminoso —a vuelta de elección; ahora liderizando una gran alianza opositora, como también clamaba la población. Con un plan de gobierno de primera que va desgranando poco a poco en cada foro en el que toma parte y que indica dirigirá el esfuerzo de su gestión a resolver problemas puntuales de la problemática nacional.

Para los que lo adversan porque sube y sube y nadie lo puede parar, y ya no tienen a Noriega para que anule las elecciones como en el ‘89, está el refrán: “qué le importa a la luna que el perro le ladre”.

-El autor es escritor, político, académico y abogado.gcochez@cableonda.net

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