• 13/11/2008 01:00

Realidad de la Policía Nacional

Desde chico me acostumbré a tenerle una admiración al policía que ganaba 90 pesos. Mi familia vivía en la Calle 39 y el Coronel Pino, Je...

Desde chico me acostumbré a tenerle una admiración al policía que ganaba 90 pesos. Mi familia vivía en la Calle 39 y el Coronel Pino, Jefe de la Policía, en esos tiempos vivía en Calle 38.

Los policías que estaban en servicio en la residencia del Coronel, continuamente le daban la vuelta a la cuadra de día y de noche, al punto que se convirtieron en parte de la familia.

Siempre tenían su fruta, café, sándwiches y ¿por qué no?, sus dos o cuatro pesos para que tuvieran algo en el bolsillo.

Hoy día nos pasamos oyendo de guerra de pandillas, asaltos, asesinatos, robo de negocios etc. Y es lógico que la peña le caiga a la Policía Nacional, ¿pero alguna vez nos hemos puesto en el lugar de ese policía que bajo la lluvia sin capote está dirigiendo el tráfico, o del que es enviado a un caso de asalto sabiendo que su enemigo está mejor armado que él?

El policía es un ser humano igual que todos nosotros y como humano está sujeto a caer en la tentación.

De eso a calificar a todos los policías despectivamente como “tongo”, “coimero”, etc., etc., no es justo. ¿En qué familia casi siempre no sale uno chueco?

El problema en la Policía Nacional que existe hoy día, es una desmoralización profunda, falta de apoyo, sin supermercado, sin clínica, sin, sin, sin y primordialmente sin apoyo de los jefes en todo sentido de la palabra.

Me pregunto en voz alta ¿cuántas instalaciones ha visitado a lo largo y ancho del país el jefe actual de la Policía desde que se encargó de la jefatura de esa institución? Creo que nos llevaríamos una sorpresa.

Debemos entender que la persona menor de edad o mayor de edad que carga un arma con fines delictivos debe considerarse como un criminal en potencia y como tal debe tratarse sin contemplación.

¿Están los jefes máximos dispuestos a dar la orden con todo lo que eso implica? Esperaré la respuesta con calma, pero con mucha preocupación.

¡Si me pica, me rasco!

-El autor es empresario.adominguez16@hotmail.com

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