• 20/10/2011 02:00

Estadísticas como herramienta de política criminal preventiva

LICENCIADO EN CRIMINALÍSTICA; CONSULTOR Y ASESOR DE SEGURIDAD.. La falta de valores y buenos ejemplos en quienes verse reflejados, la i...

LICENCIADO EN CRIMINALÍSTICA; CONSULTOR Y ASESOR DE SEGURIDAD.

La falta de valores y buenos ejemplos en quienes verse reflejados, la introducción de narcóticos en todos los niveles sociales, la falta de una buena educación y valores morales, la escasez de trabajo, la creciente indigencia y la pérdida de expectativas en el futuro, han provocado que se dispare el crecimiento de la delincuencia, lejos de producir la disminución en la edad de los que cometen actos delictivos; actualmente encontramos hasta natural y común ser testigos de cómo cometen delitos de distinta clase y gravedad los adolescentes y últimamente niños.

Estas y algunas otras imprecisiones de quienes han propuesto las políticas criminales y los que, estando al frente del Ejecutivo y del Ministerio de Seguridad, han provocado la gran avalancha delictual que hoy tiene aterrada a la sociedad panameña en su conjunto. A medida que pasan los días la inseguridad es cada vez peor, inhumana y en muchos casos hasta indetenible (solo basta observar el caso de William Dathan Holbert, mejor conocido como Wild Bill, y el secuestro y posterior homicidio de los cinco panameños de origen asiático en La Chorrera).

Es tan grave la situación que hasta los candidatos a puestos políticos basan sus campañas prometiendo la solución a la alta criminalidad existente en nuestras calles, cuando en realidad, en la mayoría de ellos, aún quedan algunos resentimientos hacia el uniformado o proponen soluciones ideales, propias de sociedades primitivas (como la pena de muerte) y también encontramos a los que organizan foros donde los asistentes no tienen en el tema el más mínimo conocimiento y opinan solo aquellos que desconocen el fondo y forma del contexto de la situación actual.

Las estadísticas no debemos verlas como meras cifras frías, recordemos que dichas cifras representan seres humanos muertos, aunque sean producto del accionar de bandas organizadas del narcotráfico. Las estadísticas hay que evaluarlas e interpretarlas de una manera científica, por ejemplo, es lícito proyectar la siguiente definición del ‘Triángulo del Delito’ este debiera proporcionar a las autoridades policiales una forma de evaluar y analizar los problemas recurrentes del delito y de la alteración del orden público. Este concepto se fundamenta en que el delito o la alteración del orden público, es consecuencia de:

1. El accionar de los delincuentes; 2. Se debe conducir u orientar sobre objetivos adecuados, convenientes o lucrativos; 3. Se ejecuta en un tiempo y en lugar determinado en la ausencia de un guardián/protector (en este caso el miembro de la Policía Nacional o el guardia de seguridad jurado) competente del objetivo.

En este último punto habría que citar y subrayar que las ‘estadísticas’ juegan un papel determinante a la hora de ejecutar una estrategia dirigida a aquellos sectores más vulnerables de la sociedad, en donde opera la delincuencia. Por ello, reiteramos nuestro interés de recordar que las estadísticas nos sirven a los expertos y a quienes dirigen la institución policial y dirigen las políticas de seguridad pública, para analizar, evaluar e interpretar dichas estadísticas no como hechos aislados, sino como una herramienta al servicio de la prevención.

En la actualidad, nos sorprende que muchos políticos y personas no idóneas sean quienes improvisen políticas de seguridad ciudadana, lleven las riendas de la seguridad y deseen solucionar una situación en la que los políticos y los partidos nos introdujeron a partir de 1990.

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