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- 28/01/2022 00:00
Preocupación creciente por aumento del costo de vida
La cadena de los precios sigue asfixiando al pueblo panameño, en una espiral creciente que no se detiene. Esta semana, como casi cada quince días, se anunció un nuevo aumento de los precios del combustible, lo cual genera un “efecto cascada”, es decir, que se traslada de forma inmediata al conjunto de los precios de los otros bienes y servicios, afectando evidentemente no solo a los propietarios de automóviles, sino a la totalidad de la cadena de suministro y por ello los precios generales de la economía.
Un incremento al combustible genera un impacto claramente inflacionario. El alza en el precio de los transportes provocará un incremento en el costo de los bienes de consumo y de los servicios. Esto, aunado al respectivo nivel de inflación y al ínfimo aumento al salario mínimo, evidenciará aún más la falta de poder adquisitivo de los panameños.
Precios de los alimentos siguen aumentando vertiginosamente, afectando considerablemente a los sectores marginados del país, las familias se han visto obligadas a modificar su capacidad de consumos hacia productos de menor calidad. A pesar de la preocupación creciente de la población por estos aumentos de precio, la política del Gobierno ha sido de oídos sordos, dejando en indefensión a miles de personas que presentan dificultades para alimentarse, ante los bajos ingresos que perciben o la falta de recursos.
En lo que va del mes, nuevamente el alza en los precios de los combustibles y los alimentos encabezan los aumentos. A ello, se suman nuevos gastos, producto de las exigencias que demandan las medidas de bioseguridad por la pandemia COVID-19; el solo hecho de utilizar mascarilla (al menos dos por día / KN95), implica un precio de 1.00 balboa diario por persona (B/. 30 al mes), pantallas (al menos dos por semana) cuyo costo va de 1 a 3 balboas, es decir, el “mapa” está implicando un costo mínimo adicional mensual de B/. 38 balboas, asumiendo la familia promedio de 4 miembros, dos de ellos adultos, estamos hablando de B/. 76 mensuales. Ello sin considerar los hisopados, cuyos precios oscilan entre 20 y 40 balboas (antígenos), 75 y 90 balboas (PCR). Qué decir, si contabilizamos el costo de los medicamentos, ante la falta de estos en la CSS, que suelen tener precios de hasta 300 % por encima de los de la región.
La realidad es que se ha vuelto cada vez más difícil para miles de panameños, que ven cómo el costo de la vida sube a diario, satisfacer sus necesidades materiales. El común reclamo de que “el salario no alcanza” está ahora en un punto crítico, dados los altos niveles de inflación que se registran en el país.
La realidad es que en nuestro país la mayoría de los trabajadores percibe un salario por debajo del costo de la canasta básica familiar, valorada al mes de octubre de 2021 en 1514.27 balboas); si a esto le agregamos el aumento en el costo de vida y movilidad, podemos percibir que enfrentaremos una situación complicada.
Lo que más afecta la presentación de esta y otras medidas que pauperizan aún más las condiciones de vida de gran parte de la población, es el tamiz de la corrupción. La inescrupulosa posición de autoridades que justifican altos emolumentos en conceptos de dieta, gastos de representación y combustible; el nulo desempeño del contralor; la impunidad que reina para ladrones de cuello blanco que siguen gestionando negociados en la esfera pública.
Todo ello, sin olvidar la conducta del autoproclamado “primer obrero del país”, que, contrario a lo dispuesto por el Decreto Ejecutivo 5, supuestamente con el esquema de tres vacunas, sin síntomas y con prueba negativa, decidió aislarse en su casa al contagiarse su esposa, mientras que, al resto de los trabajadores, tal como dijera Nito, se le obliga a “rifársela”.
Conusi seguirá luchando para que se apruebe el proyecto ley presentado como iniciativa ciudadana ante la AN, que establece aumento general de salarios, tanto para el sector público como privado, aumento de pensiones y rebaja y control de los precios de la canasta básica familiar.