• 31/08/2023 00:00

Los problemas sociales y la voz de los docentes

En materia educativa, el presidente ha prometido ofrecer las mejores herramientas para que la misma fuera de calidad. No obstante, a pocos meses de terminar su gestión no han arrojado los resultados positivos

Los últimos acontecimientos que tienen que ver con los problemas sociales a nivel nacional poco a poco se han intensificado por el descontento de la población en general en cuanto a varios temas fundamentales que definitivamente a todos nos afecta. Ante estos problemas sociales como la educación, el alto costo de la canasta básica, el precio del combustible, la basura, el contrato minero, entre otros temas, uno de los grupos que siempre ha rechazado las acciones inconsultas del Gobierno han sido los docentes, quienes históricamente han alzado su voz no solamente para dignificar su labor, sino también para defender al pueblo, siempre ofendido por sus gobernantes.

En materia educativa, el presidente ha prometido ofrecer las mejores herramientas para que la misma fuera de calidad. No obstante, a pocos meses de terminar su gestión no han arrojado los resultados positivos. Y es que para obtener los resultados esperados se necesita un apoyo decisivo e inversión para mejorar la calidad de la educación panameña. De lo contrario, siempre adoleceremos en temas más apremiantes que han ocasionado el rechazo de los diferentes grupos de la sociedad civil.

De igual forma, los acuerdos firmados en Penonomé entre los distintos sectores de la población, no se han cumplido a cabalidad por la falta de voluntad de gobernar bien. El Gobierno ha prometido bajar el costo de la canasta básica, atender el alto costo de los medicamentos ofreciendo anticipadamente sus posibles soluciones, las desigualdades existentes que cada vez abre más la brecha entre ricos y pobres, una característica del capitalismo, todo esto sumado al precio del combustible que cada vez más sube. No obstante, una vez alcanzado el poder, estos temas primordiales se quedaron en el olvido, y esto ha significado el deterioro de la imagen del Gobierno, que sin lugar a duda no evitará el fracaso en las próximas elecciones.

Actualmente, estamos frente al tema de la minería que se discute en la Asamblea Nacional de Diputados, un proyecto que lesiona gravemente los intereses del país. La naturaleza que es fuente de vida de los seres vivos tiene que ser preservada y defendida a toda costa. No podemos dejar que el ecosistema del país esté al servicio de las empresas transnacionales que lo único que les interesa es el beneficio económico sin importarles su destrucción. A todas luces, lo único que hace el contrato actual es extender y perjudicar más las tierras, y perdurar sus beneficios a las empresas privadas mientras que una gran parte de tierras nacionales quedarán lesionadas para toda la vida. Todo parece indicar que al final de todas las discusiones, el poder económico prevalecerá en las decisiones de los “padres de la patria”. Ojalá no sea así porque los diputados fueron electos para representar bien a su circuito y a todo el país dentro del Palacio Justo Arosemena.

El poder debe ser utilizado para el beneficio de todos, para gobernar bien, que todos los ciudadanos puedan sentir sus beneficios, percibir que están muy bien representados a través de su presidente y gabinete. Los problemas empiezan cuando se toman decisiones a la ligera en detrimento de sus mejores intereses para favorecer solo a los poderes económicos que siempre influyen en las diferentes elecciones partidarias.

El filósofo y escritor Bertrand Russel, en su libro El poder en los hombres y en los pueblos (Power, a new social analysis), se refiere precisamente a los diferentes poderes que existen, pero ese “impulso al poder” como el autor lo denomina, debe ser para administrar de la mejor forma los bienes del Estado, solucionar los grandes problemas que aquejan a sus ciudadanos, no ese impulso para que la minoría se beneficie. Si esto ocurre, el Gobierno arbitrario debe ser repudiado y rechazado por sus electores.

Cuando los ciudadanos muestran su descontento en las calles es porque las autoridades prefieren desatender sus justas reclamaciones, se rompe el orden social como las acciones violentas que se están observando en las inmediaciones del hemiciclo legislativo, haciendo caso omiso a sus justas reclamaciones, y de esta manera, mostrar el desprecio hacia el pueblo que irónicamente lo eligió, pero que dentro de poco le devolverá su mirada para pedirle nuevamente su voto de confianza.

La paz social que todos anhelamos solo se podrá lograr con un presidente que sepa escuchar, y que sus asesores sean personas capaces de buscar soluciones. De lo contrario, el pueblo seguirá siendo el más perjudicado, marginado, vulnerado todas sus garantías. En estos momentos, el diálogo es la mejor salida con el ánimo de querer resolver los problemas, que llene verdaderamente las expectativas. En estos momentos, la población civil está exigiendo soluciones a su presidente y a los diputados, atender sus necesidades para no seguir deteriorando más su situación socioeconómica.

Uno de los grupos que siempre ha exigido en diferentes momentos de la historia a sus gobernantes poner por delante los intereses del pueblo son los docentes. En estas luchas sociales en donde se busca el bien común y que se reconozcan las justas reclamaciones de todos los panameños, los docentes siempre estarán presente para exigir al Gobierno acciones que redunden en el mejoramiento de la calidad de vida de todos. Los docentes siempre han hecho escuchar sus voces y demostrado que la lucha continúa y es de todos.

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