• 10/05/2018 02:00

Proceso electoral intoxicado

‘Deliberadamente el presidente Varela intoxicó el proceso electoral'

El reciente pronunciamiento del presidente Juan Carlos Varela, con respecto a la formación de una Asamblea Constituyente, en medio de una serie de contradicciones, plantea la posibilidad de que el año electoral recién iniciado se realice en medio de tormentosas situaciones.

La formación de una Constituyente, que fue promesa de campaña y que lo plantea en las postrimerías de su administración, a todas luces es un elemento perturbador al proceso eleccionario, como parte de una estrategia de distracción, muy conocida en materia de comunicación, dirigida a que la ciudadanía olvide la serie de compromisos que tiene la justicia frente a los casos de corrupción, entre otros importantes temas.

Evidentemente, con la posibilidad de que todos los grupos organizados opinen sobre la elección de una Constituyente, ya sea en favor o en contra, ocupará gran parte de la atención pública especialmente a través de los medios de comunicación social, como sucede en estos eventos, de tal manera que los casos de corrupción, aún ya retrasados con argucias legales, pasen al olvido y como es el propósito, sus autores resulten impunes.

Deliberadamente el presidente Varela intoxicó el proceso electoral. Alejará las preocupaciones sobre las irregularidades y las imperfecciones de su Gobierno, en especial el incumplimiento de sus promesas de campaña.

Un Gobierno en donde, contrario a lo que promulga con su campaña publicitaria, se desenvuelve en medio de un evidente descalabro en la economía, con numerosas empresas cerrando sus puertas, aumentando el índice de desempleo, hechos significativos como disminución en la venta de autos (14 %), cierre de sucursales de bancos, venta de empresas emblemáticas, la inseguridad a niveles insoportables (robaron en PriceSmart), desorden migratorio, baja en el turismo del Casco Viejo, centenares de letreros vendiendo o alquilando propiedades, una desaceleración total de la economía en el país.

La ilusión montada de una Asamblea Constituyente, como elemento perturbador en el ambiente, soslaya la urgente necesidad de atender las demandas del sector educación y la construcción y mejoramiento de carreteras de producción, y la atención inmediata del colapsado sistema de salud.

Es una farsa, que se monta a última hora.

El presidente Varela, a sabiendas de que infringe la veda política, continuará intentando reelegir su improductivo y fracasado Gobierno, con la mascarada de elegir una trasnochada Asamblea Constituyente.

PERIODISTA

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