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- 06/11/2023 15:58
Racismo burdo
Da vergüenza el editorial del periódico La Estrella de hoy 6 de noviembre. Por eso quiero comentarlo. En los años 70, 80 y 90, mientras vivía por la aún no delimitada Comarca Ngäbe-Bugle, constaté que en Panamá sí había racismo. Lo sigo constatando con las afirmaciones de este periodista, “director” de La Estrella.
Porque es racismo que alguien se muera de apendicitis porque no hay un centro de salud razonablemente equipado y con un mínimo de personal, en la inmensa mayoría de las comunidades ngäbe y bugle. Es racismo que todavía haya escuelas rancho y que la calidad de la educación en la Comarca deje mucho que desear, tanto que ni siquiera se cumple con la ley de educación intercultural bilingüe de hace ¡13 años! Es racismo que alguien tenga que morir envenenado porque en ningún centro de salud hay suero antiofídico. Es racismo el que se construyan puentes para que la primera crecida del río se los lleve en volandas y los “constructores” se quede “felices” con la mayor parte del dinero (que le pregunten a la gente en Kankintu). Es racismo que se construyan “carreteras” con asfalto de mala calidad y pésimas medidas, y sólo sirvan para propaganda y que a los seis meses estén dañadas. Es racismo que se impriman libros para embodegarlos porque no hay quién los sepa usar. De todo lo que he citado aquí, soy testigo. He visto cartas al obispo de Panamá, ¡cartas del siglo XIX!, quejándose de los “latinos” de Tolé que roban nuestro “ganayto”. Soy testigo de las palabras de un supervisor de educación del oriente chiricano (en los años 75) que decía que para “mejorar la raza guaymí” había que “cruzar unas indias con unos universitarios”. La cosa no es tan “simple”, señor periodista Berroa.
¿Cómo quieren que reaccione un pueblo que ha tenido que soportar lo señalado arriba, y no sólo una vez sino muchas veces? Y eso que no recordamos las barbaridades en las bananeras, desde inicios del siglo XX, y los asesinatos de 2010, 2011 y 2012, cuando quisieron imponer a sangre y ceguera la explotación de Cerro Colorado.
¿Que el Estado panameño ha invertido millones de dólares en la comarca ngäbe-bugle? Habría que hacer una auditoría de las tales “inversiones” y luego preguntarse ¿quiénes se han llevado esos millones? ¿Hay subsidios? Sí, pero ¿quién da seguimiento a esos programas? Nadie. ¿Que no preservan la madre Tierra? ¿Y de dónde sacan su medicina natural? ¿Y de dónde sacan sus comidas con tanta proteína (ñürün, pifá, ka)? ¿Hay plástico en los ríos? ¿Y quién introdujo el plástico? ¿Que toman mucho? ¿Y quién se enriquece con el ron, la cerveza y el seco? ¿Cuántos saben que las tierras en la Comarca, en su gran mayoría, no sirve más que para bosques? ¿Quiénes empujaron a los originarios a vivir en esas tierras? ¿Por qué cada año van unos veinte mil ngäbe a trabajar en la cosecha de café de Costa Rica? ¿No son “productivos”? La cosa no es “tan simple”, señor periodista Berroa.
La única verdad que señaló el periodista fue decir que los ngäbe son panameños y que hay que convivir en forma pacífica. Pero, ¿ha sido pacífica la forma de vivir que el resto de la sociedad ha impuesto a esos panameños? ¿Hasta cuándo van a ser tolerantes los ngäbe y los bugle con los gobiernos y los políticos mentirosos que los rodean? La cosa no es “tan simple”, señor periodista Berroa.