• 09/02/2017 01:01

Reformas electorales y corrupción

La Asamblea Nacional aprobó en primer debate el proyecto de reformas electorales presentado por el Tribunal Electoral

La Asamblea Nacional aprobó en primer debate el proyecto de reformas electorales presentado por el Tribunal Electoral, resultado del trabajo conjunto con los partidos políticos y el Foro Ciudadano Pro Reformas Electorales.

Uno de los temas más polémicos aprobados por los diputados lo constituye el relacionado con el financiamiento electoral. La cifra aprobada por la Asamblea de 99 millones para subsidio electoral, es una suma demasiado alta para un país con grandes problemas sociales por resolver y donde el desempleo empieza a sentirse. Además de la alta suma, su distribución tampoco es conveniente para la democracia, ya que el 98 % se le entregará a los partidos políticos, favoreciendo a los grandes, para profundizar el clientelismo político, la compra de votos y la corrupción.

Carentes de ideología y de líderes que gocen de credibilidad, se ven forzados a la vulgar compra de votos y conciencia, para lo que recurren a todo tipo de actividades, legales e ilegales. Pese a que se ha planteado que solo se debe permitir el financiamiento público, los diputados aprobaron el financiamiento mixto, público y privado, por lo que también recibirán donaciones privadas, abriendo aún más las puertas al dinero proveniente de actividades ilícitas, como el lavado de dinero y el narcotráfico.

Recordemos las palabras de Murcia, quien señaló que él no donaba a las campañas, el invertía, lo que significa que no regalaba su dinero, simplemente esperaba recuperarlo con creces. En Panamá, esa es la práctica de algunos empresarios, donar a los candidatos de mayor opción a cambio de cargos públicos o favores que les permitan despojar al pueblo de sus dineros.

Por otro lado, no debemos olvidar los fondos de la descentralización y sus usos con fines electoreros.

¿A quiénes favorece el usos de esos dineros? A los candidatos de Gobierno y sus aliados. Igual sucedía con las partidas circuitales.

Estamos hablando de campañas millonarias para apoyar candidatos corruptos y mantener en el poder a quienes son los responsables de la crisis profunda que vive el país, los partidos tradicionales, neoliberales y algunos empresarios que, igual que Odebrecht y otros, compran espacios y favores para aumentar sus ganancias a costa de los dineros del Estado, sacrificando al pueblo, especialmente a la niñez y juventud, que no tienen futuro porque los Gobiernos se lo han robado.

Para detener esas y otras aberraciones de las reformas electorales, es necesaria la participación ciudadana. Entender que la lucha contra la corrupción incluye la lucha contra un sistema electoral anacrónico y antidemocrático que solo favorece los intereses de algunos cuantos, para aumentar sus riquezas y destruir el país.

Las reformas deben facilitar la participación de los sectores populares debidamente organizados, que permitan al pueblo panameño elegir candidatos que verdaderamente representen los intereses del pueblo, con programas y propuestas que busquen el bien común, que respondan a las necesidades de las mayorías, históricamente olvidadas.

El momento es propicio para democratizar el país. Las instituciones no funcionan, el Gobierno atraviesa su más baja popularidad, igual que las otras autoridades y los partidos políticos, divididos y desprestigiados. La Asamblea Nacional está más débil que nunca.

Solo falta una decidida participación ciudadana, incluyendo al movimiento popular, para detener la mano de la corrupción, democratizar el sistema electoral panameño y llevar a los cargos públicos a patriotas y ciudadanos decentes que piensen y trabajen para Panamá y su pueblo.

*CATEDRÁTICO UNIVERSITARIO, SECRETARIO DE ORGANIZACIÓN DEL MIREN.

Lo Nuevo