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En días recientes escuché al Presidente de la República y a la Ministra de Educación hacer anuncios sobre el sistema educativo nacional, incluso la Ministra mencionó la iniciativa de revisar la Ley 47 de 1946, Orgánica de Educación, lo cual es algo urgente e inaplazable. También escuche al Presidente y al Gerente del Banco Nacional de Panamá anunciar la creación de un fondo de fomento a la micro, pequeña y mediana empresa, también algo necesario y urgente, y al Presidente y al Ministro de Economía y Finanzas hablar de la necesidad de mejorar la recaudación fiscal, estimulando los controles, pero también la educación y la consciencia tributaria.
Educación, impulso a la pequeña empresa, y recaudación tributaria, sin duda tres elementos indispensables para impulsar la economía nacional, resolver necesidades sociales básicas y abrir las puertas de las oportunidades para cientos de miles de jóvenes que buscan un medio de subsistencia digno, pero no lo encuentran en el sector privado, que cada día requiere menos mano de obra por el avasallador avance de la tecnología.
En un artículo anterior me referí a que, al no tener moneda propia y usar el dólar como moneda de curso legal, tenemos que exportar productos y servicios para importar los dólares que requiere la economía. Y una forma es crear y apoyar emprendimientos en áreas que atraigan dólares extranjeros, ya sea en la industria, en la producción agropecuaria, en la minería, en el turismo, en los servicios, etc., etc.
Con esta realidad, mezclamos los tres temas, educación, fomento a las pymes y recaudación y observamos que a la juventud, nuestro sistema educativo no les enseña absolutamente nada en cuanto a administración de empresas o educación tributaria.
Uno de los factores que determina la calidad de un sistema educativo es la pertinencia, es decir, la adecuación de la enseñanza al contexto económico y social y las demandas del mercado laboral. Aunado a esto, no podemos soslayar la influencia de la tecnología y la robótica y el acceso a información que nos da la Inteligencia Artificial.
Es importante dentro de un contexto del conocimiento de cultura general, conocer quién era, donde nació, murió y que hizo Miguel de Cervantes Saavedra; o donde queda y que impacto tiene el Río Nilo o el Amazonas en la hidrografía de África y su impacto en el mundo, o los pasos de la reproducción celular, o la fotosíntesis, o los cálculos del algebra o la geometría, pero no podemos ignorar también que toda esa información esta tan distante como la posibilidad de tocar con un dedo el teclado de un celular. Incluso la inteligencia artificial hoy nos corrige la ortografía y la gramática y nos traduce en tiempo real de cualquier idioma.
Lo que si es relevante hoy es aprender a emprender, a manejar una empresa, a llevar contabilidad, inventarios, ventas, mercadeo, etc. A entender porque y como se tributa, porqué es vital para la economía del país, cuáles son los beneficios que obtenemos del impuesto que pagamos y como se administran esos recursos; de manera que esos jóvenes estudiantes puedan en el futuro emprender con éxito, cumplir sus obligaciones tributarias y también ser fiscalizadores de su correcto uso.
Saber y entender esto también alejara a los jóvenes del paternalismo oficial, de la dependencia al cargo público, y de la cultura del que “todos roban” o de que “robo, pero hizo”.
Ojalá el Ministerio de Educación entienda la necesidad de crear ciudadanos en toda la extensión del término, emprendedores y no funcionarios, e incorpore estos elementos en el pensum educativo nacional, de forma que comencemos a formar generaciones que no dependan de un cargo público, o de un empleo de salario mínimo y se conviertan en promotores del desarrollo que requiere la nación.