• 01/01/2020 00:00

Las remodelaciones de Palacio

Cuando se pudo pensar que todo sería diferente nos encontramos con el mismo libreto que se repite cada cinco años con nuevos actores. Impensable el hecho que se pretenda una remodelación del Palacio Presidencial, a propuesta planteada el 10 de julio de 2019, a solamente 9 días después de la toma de posesión de Laurentino Cortizo.

Cuando se pudo pensar que todo sería diferente nos encontramos con el mismo libreto que se repite cada cinco años con nuevos actores. Impensable el hecho que se pretenda una remodelación del Palacio Presidencial, a propuesta planteada el 10 de julio de 2019, a solamente 9 días después de la toma de posesión de Laurentino Cortizo. El costo total de los trabajos ascienden a la suma astronómica de 2.1 millones de dólares. Esto es escandaloso.

Quien administra un país tiene la responsabilidad de hacer lo correcto y esto no lo es. No es posible que con necesidades palpables y sentidas de la población, desde arriba se estén planteando confort y especialidades para quienes deben dar el ejemplo con austeridad en momentos en que las condiciones económicas no son las más favorables.

Qué prioridad tiene para el país dispensar recursos para reformar y blindar la oficina privada del presidente, remodelar la oficina de la primera dama y del vicepresidente, las oficinas de la secretaria de seguridad, de inversión, secretaria general, pasillos y salas de espera. A esto hay que añadirle mobiliario nuevo, trabajos de ebanistería y pintura.

Todo pareciera llevar a la ostentación y nada a corresponder con sensatez a una población que necesita políticas públicas que ayuden al desarrollo de la vida en sociedad.

Las prioridades son: la educación aún con escuelas de piso de tierra, la salud hoy muy precaria para una población que no tiene medicamentos y ni buenas instalaciones hospitalarias, los barrios marginales con problemas de promiscuidad y de viviendas inservibles. Las prioridades son los niños desnutridos, cuyo futuro es totalmente incierto y los campesinos sin recursos para trabajar la tierra.

Los dineros del Estado deben dirigirse a dar las debidas respuestas y no puede ser un buen ejemplo el despilfarro, porque invertir en lo que no es necesario es justamente eso.

Ninguna explicación sobre la remodelación al Palacio Presidencial en los términos planteados, puede tener justificación. Son precisamente esas decisiones las que vienen a confirmar quienes son los de arriba y quienes son los de abajo y por supuesto —queriéndolo o no— a ir fortaleciendo la conciencia ciudadana tan necesaria para enfrentar los desaciertos.

El “Buen Gobierno” no puede ser solamente una consigna electoral sino serlo realmente en la práctica. Las explicaciones sobre la lujosa remodelación del Palacio Presidencial deben ser bien dadas al país por la alta dirigencia gubernamental iniciando con el primer magistrado de la nación.

No cabe duda que la población no ha recibido con satisfacción lo planteado por lo que el rechazo es manifiesto. Son justamente esas acciones las que llevan a los pueblos a tomar decisiones para erradicar los despropósitos. El paso dado indigna pero peor las declaraciones públicas, porque justificar el hecho por la existencia de bacterias que las hay en todos lados, incluyendo la Asamblea , la Corte Suprema de Justicia, las escuelas, y los hospitales, no es convincente. Señalar que el palacio presidencial es de todos, que no es el hogar del mandatario, es una forma de rodear el asunto, porque a fin de cuentas el palacio no es de todos, sino solamente de ellos.

Docente Universitario
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