• 17/09/2022 00:00

Retos a la educación por la pandemia

La vida trae consigo transiciones, muchas de ellas inesperadas. La pandemia, por supuesto que trajo cambios a nivel educativo y la reincorporación del modo presencial en las aulas de clases, considerando la necesidad del uso de mascarillas con fines sanitarios, viene con retos importantes.

La vida trae consigo transiciones, muchas de ellas inesperadas. La pandemia, por supuesto que trajo cambios a nivel educativo y la reincorporación del modo presencial en las aulas de clases, considerando la necesidad del uso de mascarillas con fines sanitarios, viene con retos importantes. Uno de ellos es el cambio de modalidad sensorial para crear aprendizaje y memoria. Las unidades sensoriales y los centros de procesamiento de información del sistema nervioso en los animales son un conjunto de elementos que integran una red muy compleja que funcionan de forma conjunta o particular según los eventos en el entorno.

La comunicación sin mascarilla para crear aprendizaje y memoria de nuevos elementos académicos en el sistema nervioso humano estaba caracterizada por tres tipos de señalizaciones diferentes de estímulos provenientes de quien imparte las clases. O sea, sin mascarilla, un profesor o profesora imparte una clase con dos tipos de señalizaciones diferentes, señales acústicas principalmente al hablar, y señales visuales cuando usa el tablero, mueve el cuerpo, presentación digital, o el movimiento de los labios al hablar. Con el uso de la mascarilla de forma presencial, el estímulo visual “movimiento de los labios al hablar” ha sido reducido o eliminado. El sistema nervioso de una persona sana usa todos estos tipos de estímulos simultáneamente para crear diferentes tipos de aprendizaje y memoria.

La emisión o captación y procesamiento informacional de diferentes estímulos de manera simultánea por el sistema nervioso corresponde al modo de comunicación y procesamiento multimodal, de la misma manera que un ave emite su canto y a la vez abre las alas para mostrar sus colores o la forma de las alas, y al mismo tiempo baila para atraer pareja. O el conductor de transporte público que está alerta al tráfico con sus ojos y con sus oídos a la vez que conduce un automóvil. Para el caso que me refiero, tenemos un profesor emitiendo enseñanza con diferentes modos comunicativos y estudiantes recibiéndolos con diferentes receptores sensoriales. Hay evidencias importantes, destacando el complemento de movimiento de labios y otros hitos corporales como las manos para mejorar el aprendizaje y la memoria.

El estímulo visual del movimiento de labios ya no está presente y pienso que es importante considerar esto para que tanto profesores como estudiantes estemos conscientes de que en la actualidad carecemos de un modo específico de señalamiento visual importante, como es el “movimiento de los labios” para impartir enseñanza, en este caso por una necesidad de bioseguridad pública. Más aún cuando encaramos momentos trascendentales en la historia humana que impone adaptación a cambios. Tales cambios no deben socavar el grado de enseñanza y aprendizaje, por el contrario, conociéndolos, se pueden incorporar nuevas estrategias o mejorar las actuales, tanto profesores y estudiantes, para mejorar el rendimiento académico. Así que alerta, más cuando hay que sacar el barco a flote.

Profesor de Fisiología y Comportamiento Animal, UP
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