Este evento que se vio fundamentalmente desde América, empezó sobre la medianoche de este viernes 14 de marzo y llegó a su máximo sobre las 3 de la mañana,...
- 17/09/2023 00:00
Salud y bienestar en la Agenda país 2024-2029
La semana pasada participé en el panel sobre 'Salud y bienestar en la Agenda País 2024-2029', organizado por la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá, con el propósito de ir recolectando información sobre temas estratégicos de vital importancia para el desarrollo del país; a fin de presentarlos a los candidatos presidenciales y sus equipos de trabajo en un documento final en el mes de abril de 2024.
El panel sobre salud y bienestar contó con la participación de expertos de entidades internacionales, pacientes, proveedores de servicios de salud, aseguradoras y una visión desde la academia e investigación en salud pública.
En ese contexto, comparto con ustedes el contenido de mi participación sobre la necesidad de transformar el sistema de salud hacia verdadera promoción de la salud y prevención de enfermedades, y los invito a apreciar la totalidad del evento en la página de YouTube de la Cámara. Aprovecho también para agradecer a la Cciap por la invitación a poder aportar mi granito de arena al desarrollo de la salud que queremos y necesitamos los panameños.
Como he señalado antes en esta columna y es del conocimiento de los gobernantes y autoridades de salud de -por lo menos- los últimos 25 años, cada año fallecen en nuestro territorio más de 14 mil personas por causa de las enfermedades no transmisibles, en particular enfermedades del sistema circulatorio, toda clase de tumores y diabetes. Y si le sumamos las personas que fallecen por las llamadas causas externas de mortalidad -accidentes de transporte, homicidios, etc.-, esta cifra aumenta de manera importante.
Lo más triste de este panorama es que, las enfermedades no transmisibles, y muchas de las causas externas de mortalidad, están claramente asociadas con factores de riesgo modificables que también conocen nuestras autoridades y la población, destacándose entre estos factores: el consumo nocivo de alcohol, el tabaquismo, el régimen alimentario poco saludable, el sedentarismo, y todos los estilos de vida destructivos que se nos puedan ocurrir.
En este sentido, la OPS nos informa que, si se eliminaran los cuatro factores de riesgo conductuales principales, se calcula que se podría prevenir el 80% de las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares y los casos de diabetes de tipo 2, así como más del 40% de los cánceres.
Y, como si fuera poco, la OMS documenta que, estas ENT (enfermedades no transmisibles) empujan a millones de personas en todo el mundo a la pobreza extrema cada año: cuestan a los países del mundo entre el 3.5% y el 5.9% de su PIB, equivalente a un promedio de más de 2 billones de dólares anuales y; entre 2011 y 2025, solo los países en desarrollo (y ahí estamos nosotros) perderán 7 billones de dólares.
Ante semejante panorama, la pregunta obligada es ¿qué podemos hacer para revertir esta situación? La respuesta la conocemos y contamos desde hace varios lustros- con tres documentos valiosísimos: los Acuerdos de la Concertación Nacional para el Desarrollo; los Lineamientos para la Mejora y Fortalecimiento del Sistema Nacional Público de Salud Integral, en el marco de una Política de Estado (Libro Blanco) y; los Acuerdos de Salud del Pacto del Bicentenario Cerrando Brechas.
Los tres documentos nos recuerdan que estamos obligados a transformar el sistema público de salud, comenzando por el fortalecimiento institucional de las dos principales instituciones públicas de salud, lograr una coordinación funcional y efectiva entre el Minsa-CSS -con participación del sector privado cuando sea necesario- en todos los niveles de atención, hacia un sistema público de salud integrado, en el cual se desarrolle un modelo de atención integral, basado en la Atención Primaria de Salud y el abordaje de los Determinantes sociales de la salud, lo que implica priorizar la promoción de la salud, la prevención de enfermedades y, lógicamente el tratamiento oportuno con calidad y calidez.
Y no ha sido por falta de dinero que no hemos avanzado, pues Panamá cuenta con los recursos financieros suficientes para financiar de forma eficiente y efectiva su sistema público integrado de salud, como lo demuestra el hecho de que en los últimos diez años, entre el Minsa y la CSS han tenido disponibles un presupuesto de 78 mil millones de dólares.
Finalmente, es imperativo subrayar la importancia que reviste la erradicación absoluta del clientelismo político, colocando -mediante un efectivo y transparente proceso de selección- a nuestros mejores hombres y mujeres al frente de todos los niveles de nuestro sistema de salud. Solo así podremos garantizar el fortalecimiento de la capacidad del Minsa para el ejercicio de la Rectoría y las Funciones Esenciales de Salud Pública, así como la capacidad gerencial en salud pública de muchas autoridades de la CSS.
Y así fue mi participación. Abrigo esperanzas de que este material y todos los aportes de la Agenda País, sea un referente obligado a la hora de formular el plan de gobierno para el período 2024-2029 y podamos comenzar a ver resultados en los primeros 100 días de su gestión.