• 17/07/2020 00:00

'Samuel Lewis Arango es sinónimo de patriota', Eduardo Ritter Aislán

Un grupo de intelectuales -Diego Domínguez Caballero, Eduardo Ritter, José R. Domínguez, Carlos A. Rodríguez, Alonso Martínez, Alessandro Russo Berguido y Camilo Quintero- recogió varios editoriales de mi padre que había publicado en la revista Épocas.

Un grupo de intelectuales -Diego Domínguez Caballero, Eduardo Ritter, José R. Domínguez, Carlos A. Rodríguez, Alonso Martínez, Alessandro Russo Berguido y Camilo Quintero- recogió varios editoriales de mi padre que había publicado en la revista Épocas. El libro que presentaron los distinguidos ciudadanos, lo titularon Muestrario de civismo.

En la introducción del libro, el Dr. Eduardo Ritter Aislán escribió lo siguiente:

“En una época calcinada por apetencias proclives y abismada de inescrupulosidades audaces, puede parecer extemporáneo ofrecer un muestrario de inquietudes patrióticas.

Mas nosotros creemos que replegarse en silencio es permitir que se cierna sobre el horizonte nacional la hueca oscilación de la impotencia y de la mentira. Y es arrojar a simas insondables las perspectivas promisorias que aún pueden inflamar la Patria con su pródiga verdad.

No llegamos a los lindes de un nihilismo pesimista, ni pretendemos ignorar la existencia de comprobadas austeridades honradas. Pero no podemos inadvertir la presencia estrangulante de codicias que están minando los cimientos de nuestra nacionalidad

Y lo desgarradoramente trágico de este fenómeno es que la expresión libre ha sufrido un opreso estancamiento y, en su lugar, han comenzado a caer los bólidos del incondicionalismo y de la renuencia a la altivez decorosa.

Estos editoriales de don Samuel Lewis Arango constituyen una voz austera y vigorosa en esta arborescencia de pantano. No tienen asperezas tumultuosas, pero tienen serena firmeza conminativa. No tienen impetuosidades bravías, pero tienen erguidas intensiones rectificadoras.

Estos editoriales están henchidos de afanes patrióticos, de fe en la cultura, de elaciones fervorosas, de gallardías desenvueltas y de esplendentes perfecciones.

Una mesura que no conoce la levedad de un extravío; un equilibrio de estilo que no pierde su condición intrínseca ni cuando señala yerros, ni cuando enuncia programas; una espontaneidad que huye de las elaboraciones retóricas, pero que dista del desaliño formal, son otros de los muchos distintivos de los editoriales publicados en la revista EPOCAS y recogidos en este opúsculo.

EPOCAS es hoy la revista panameña por excelencia. Don Samuel Lewis se ha empeñado en hacerla un vehículo de cultura popular y lo ha logrado. Pareciera que él participara de lo que el presidente de Guatemala, don Juan J. Arévalo, dijera hace diez años en Buenos Aires: “la cultura no puede concebirse como la singularidad del obelisco que nace sin justificación geográfica y se eleva sin proporción ni compañía sobre la plana indiferencia del paisaje; la cultura semeja más bien la mole irregular de la cordillera, donde los picos más altos logran romper a duras penas la rivalidad de eminencias vecinas, que están allí como masas que contribuyen a la airosa primacía de algunos. La cultura, en suma, no se mide según individuos de excepción, sino por el concurso de todos en una empresa al servicio de todos”.

Si hubiésemos de definir a don Samuel Lewis Arango diríamos que es la más vigilante honradez enmarcada en la más prístina responsabilidad intelectual.

Cuando se escriba la historia de la época presente, cuando se analicen serenamente los hombres y hechos que informan la vida de las horas que corren, el nombre de don Samuel Lewis estará vinculado al inicio de un despertar panameño. Y entonces se apreciará en su justo valor, lo que significa su esfuerzo actual.

Para salvar un desinteresado fervor nacional de la densa espesura del olvido, hemos recogido esos editoriales”

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