Gracias señor presidente

Pero, ¿qué tan difícil, complicado o costoso hubiese sido el dejarle la servidumbre al Camino de Cruces, sector del Campo de Antenas de Chivo-Chivo, área revertida? Estoy seguro señor presidente, que de disponer usted de una milésima de interés por la ruta histórica, bastaba con hacerle saber de su intención al ministro de la presidencia para que tomara cartas en el asunto en lo atinente a conservar el Camino de Cruces. A todo esto su mensaje fuera concluyente, ‘y sin menoscabo de las obras ya planificadas’.

La Ciudad Hospitalaria, el Mercado de Abastos y Cadena de Frío y el reciente anuncio de incluir a la nueva facultad de medicina. Aguzar la inteligencia de los arquitectos para la inclusión en los planos del histórico eje, era lo sensato. Con ello se mantendría para las presentes y por venir de generaciones de panameños y extranjeros el afán de conocer y recrear nuevas experiencias al transitar por un remozado empedrado dignificante a la cultura nacional.

Cabe destacar, que el Camino de Cruces y el Camino Real se constituyeron en los ejes terrestres más importantes para el dominio español en América. Dichas rutas fueron las precursoras en el tiempo del avenimiento del ferrocarril de 1855, el Canal de Panamá de 1914 y la modernización de nuestras ciudades terminales.

El último español enviado por la corona para inspeccionar las rutas en Panamá y hacer recomendaciones del mantenimiento y mejoramiento de los caminos que se trafican a los sitios de cruces y la Gorgona en 1735, fue el ingeniero pro su majestad del reino de tierra firme, el capitán don Nicolás Rodríguez.

Sus recomendaciones fueron las de mejorar y hacer nuevos drenajes en los sitios donde se forman pantanos o terribladeros, muy penosos en el invierno. Disminuir mediante excavaciones algunas pendientes que hacían difícil el paso de las acémilas y fabricar hornos para la preparación de la cal, para el revestimiento del empedrado entre otras cosas.

Qué diferente fuera señor presidente una vez llegado el momento de la inauguración de las obras prometidas por usted en campaña, oírle decir ante el público presente, ‘he aquí la cristalización de proyectos necesarios para el avance social de nuestro país’. Pero, también nos sentimos orgullosos en haber rescatado del olvido de siglos al Camino de Cruces.

Hoy, hermosamente restaurado y señalizado con toda la información histórica pertinente, orientada a la educación y a la cultura y todo ello, en medio de modernas instalaciones, donde se coaliga lo antiguo con lo nuevo. Deseo resaltar también, las atinadas observaciones de la Unesco, como organismo regente en esta materia.

Sin embargo, señor presidente, la historia nacional está de luto. El Camino de Cruces dejó de existir. El movimiento de tierra que hicieron los tractores fue devastador.

Gracias señor presidente.