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- 16/12/2020 00:00
¿Será Minera Panamá tan generosa como dicen?
Tras el fallo de la Corte Suprema de Justicia declarando, luego de 21 años, en 2018, inconstitucional el Contrato suscrito entre el Estado y Petaquilla Minerals, (hoy Minera Panamá) firmado en 1997, el Gobierno de Juan Carlos Varela propuso a la Asamblea Nacional un nuevo contrato con iguales condiciones y porcentajes de regalías que el anterior. Además de querer tirarles la mano por lo hecho por la Corte, estaban los gobernantes conscientes de que, aunque ese contrato fuera declarado inconstitucional, era mejor negociar un nuevo acuerdo, antes de tener que afrontar a la transnacional canadiense, First Quatum Minerals, de dueños sudafricanos, en sus reclamos por dicha cancelación, fuera el motivo que fuera. Estaba protegida por el Tratado de Protección de las Inversiones entre Panamá y Canadá, lo que hubiera conllevado un costosísimo litigio internacional para el país.
Varela presentó ese proyecto de ley a través del Ministerio de Comercio, el número 766, el cual fue rechazado “en su totalidad” por la Comisión correspondiente de la Asamblea. El principal argumento presentado, sobre todo por diputados del PRD, era que el contrato era extremadamente “lesivo para los intereses del país”, ya que, continuar pagando el 2 % como regalía era un atraco a mano armada, pues se trataba de nuestro recurso natural llevándose la transnacional el 98 %. El proyecto murió en su cuna, ya que Varela ya se había distanciado del PRD, pero de toda forma Minera Panamá siguió pagando la exigua suma del 2 % de lo que lograra explotar. En países como Perú, Argentina y Chile, luego de ajustes en sus respectivas legislaciones, ese porcentaje de regalías ha llegado hasta el 49 %.
Mediante ocho columnas el Diario La Prensa publicó la pasada semana noticia que me llamó mucho la atención: “Minera Panamá genera $1.169 millones y da $17.4 millones en regalías”. Además, en las páginas interiores se explayaban con extenso reportaje. Inicialmente pensé que se trataba de un “contenido patrocinado” por la empresa, costumbre ahora en ese diario. A la suma pagada en regalías para el periodo septiembre 2019 a septiembre 2020, faltaba cancelar al Estado un trimestre pendiente de revisión del Ministerio de Comercio e Industrias. No sé cómo hace esa entidad para determinar si efectivamente esa es la suma por pagar, careciendo del equipo de expertos y de la Contraloría General de la República para hacerlo en los prácticamente inaccesibles sitios donde se hace la explotación de la mina en las montañas de Colón. Aún espero que la DGI me conteste sobre la forma cómo la minera calcula lo que se nos debe pagar en denuncia presentada por mí en marzo de 2020, que aún espero su respuesta.
En la Asamblea Nacional se hace un cabildeo muy fuerte para que todo se quede como está. A pesar de que en tiempos de Varela los más furibundos adversarios de que siguiera ese ridículo 2 % como regalía estatal eran diputados PRD, encabezados por su secretario general y entonces diputado, Pedro Miguel González. Han pasado 18 meses del nuevo Gobierno y aún las cosas siguen igual. Hay propuestas del diputado Nelson Jackson de Colón, de nueva ley minera que exija a las concesionarias el pago del 49 % de lo explotado como regalías, pero no ha habido avances. Es de suponer que los dueños de la mina quieren mantener el actual 2 %. A simple vista hay mucho dinero de por medio. Hay hasta un diputado que vocifera que él es el representante de Minera Panamá en la Asamblea. Pareciera no interesarles que el país obtenga mayores beneficios por la explotación de sus recursos naturales. No hay que ser muy inteligente para saber lo que esa proclama significa para algunos diputados y otros funcionarios.
Estoy de acuerdo con una minería responsable y respetuosa de las normas más exigentes de protección del medio ambiente. Igualmente, estando esta mina de cobre ubicada en Colón, una de las provincias más pobres del país, se hace necesario ajustar los porcentajes de regalías que hoy, obsoletamente existen, ajustándolos a los estándares mundiales de esta industria.
Así como exigimos por tantos años obtener el mayor beneficio posible de la explotación de nuestro principal recurso natural, el Canal de Panamá, y lo logramos, se hace urgente que, dejando a un lado el posible beneficio personal de algunos pocos, aprovechemos en mejor forma ese recurso nuestro que es la minería. Esa sería la forma de hacer Patria y ayudar a recuperar nuestro respeto internacional, tal como lo hicimos en 1977 con los Estados Unidos.