• 30/10/2025 00:00

Tierras raras en la agricultura, además su hegemonía mundial

No son nada de raras, por lo menos en la agricultura, pues, aunque su nombre lo indica de esta manera, siempre han existido, pero eran muy poco conocidas. El nombre de “tierras raras”, según el buscador Google, “surge porque en el siglo XVIII los óxidos de estos metales se denominaban “tierras” y “raras” se refería a la dificultad para aislarlos y separarlos debido a las similitudes químicas, no a su abundancia en la corteza terrestre”

El termino comenzó a conocerse porque los minerales que los contenían eran considerados escasos, pero la mayoría de estos elementos son bastantes comunes y ya iban comenzando a ser nombrados por los estudiosos y luego la importancia que fueron adquiriendo como veremos más adelante, aparte de la agricultura, su papel estratégico en las relaciones de poder y la geopolítica mundial.

Nos estamos refiriendo a un conjunto de 17 elementos de la tabla periódica de los elementos químicos, metálicos, y son esenciales actualmente para muchas actividades económicas, y lo más probable para un futuro no muy lejano, la aplicación en diversas áreas. Estos son: Lantano, Cerio, Praseodimio, Neodimio, Prometio, Samario, Europio, Gadolinio, Terbio, Disprosio, Holmio, Erbio, Tulio, Iterbio, Lutecio, Ytrio y Scandio.

Podemos enfocar este artículo en dos vertientes: el papel que juegan los elementos de tierras raras en la agricultura y la importancia capital que tienen la presencia de dichos componentes químicos en los países que los detentan, así como los grandes intereses hegemónicos de posesión, explotación e industrialización y para que se utilizan.

En el caso de la agricultura, se emplean como aditivos en fertilizantes que ayudan a la germinación de semillas, crecimiento de las plántulas, fortalecimiento radicular, aumentando absorción de nutrientes, contribuyen al proceso de la fotosíntesis, mejorando la resistencia a plagas y enfermedades, igualmente aumentan la calidad de los cultivos, contenido de azucares, vitamina C, contribuyen al desarrollo y vigorosidad de las plantas.

Según estudios realizados en concentraciones pequeñas pueden influir en algunos procesos fisiológicos de las plantas, como las actividades enzimáticas, contenidos de hormonas. Permite estimular el incremento de ciertos sistemas antioxidantes, lo que es posible aumentar la tolerancia de las plantas a condiciones desfavorables en estas, causados por altas concentraciones de metales.

También la literatura registra la utilización como aditivos alimentarios en el ganado en sus formas orgánicas e inorgánicas para la producción ganadera, y puede sugerir resultados favorables, ya que quizás tengan algún grado de influencia en los distintos mecanismos fisiológicos, con resultados aceptables en la producción de leche, huevos y carne, es posible estimular el crecimiento y la reproducción.

Sin embargo, todavía faltan análisis e investigaciones más profundas, y los estudios son incipientes, pues faltan mayores pruebas de laboratorio y campo que validen resultados fehacientes y de comprobada veracidad científica, para ofrecer alternativas reales que puedan ser empleadas en la agricultura y la ganadería.

Ahora bien, en el concierto de las naciones del orbe, la lucha encarnizada de poderes, algunas veces disfrazadas de la diplomacia, elegancia y sonrisas a los más altos niveles, se ve resquebrajada pues hay un apetito voraz por el dominio de estas tierras raras y una carrera desenfrenada para adquirir el control, conocimiento y explotación de estos yacimientos.

Son elementos que se utilizan para la fabricación de computadoras, celulares, autos eléctricos turbinas eólicas, misiles, satélites y equipos médicos y otra gran cantidad de herramientas y artefactos. Quien desconozca esta realidad presente y futura, sin la tecnología y posesión para la fabricación, confronta una seria desarticulación en su papel de supremacía mundial.

En esa competencia desaforada, China le ha sacado ventaja y lleva la delantera, pues concentra la posesión de un 80 % en su territorio y además extracción y procesamiento de estas tierras raras. Estados Unidos tiene conocimiento de dicha situación y está en desventaja, pues el país asiático conoce con precisión el proceso para extraer esos elementos, refinarlas y convertirlas en productos útiles a la sociedad.

En el plano geopolítico, Estados Unidos ya se dio cuenta de esta aparente debilidad e intenta la manera de disminuir desventaja, aumentado su inversión en minas propias o buscar aliados en países afines con la política norteamericana, reduciendo su dependencia o influencia de China, explorando alternativas o financiando actividades en África, Australia y América Latina.

Después de China, otros países, poseen estos minerales, tales Rusia, Vietnam Brasil y Argentina, lo que induce a pensar en la necesidad imperiosa de Estados Unidos para acceder a estos nichos, hablando en términos económicos y de acercamiento con el fin de asegurar algún nivel de participación, controlar la materia prima, tecnología y valor agregado.

Para el caso de la agricultura, profundizar en el conocimiento de dichos elementos, tener una mayor comprensión de las características y lo que puede significar en el desarrollo de labores agropecuarias.

A nivel de los polos de poder, espero que disminuya el pulseo ideológico, militar y político entre estas dos grandes potencias mundiales, pues quien conoce y controla, tiene poder y busca sacar ventaja a su oponente.

Que las tierras raras no sean tan raras, para el bienestar de la humanidad

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