Así lo confirmó el viceminsitro de Finanzas, Fausto Fernández, a La Estrella de Panamá
- 17/07/2020 00:00
Últimos cuentos de caminos de la COVID-19
Ahora sí estoy seguro de que nos va a llevar la que nos trajo. Dicen que faltan médicos, cuando lo que falta es respiradores, pero respiradores sencillos que cualquier panameño con sexto grado pueda manipularlos con los ojos cerrados, con más precisión que un mecánico arreglando un carburador debajo de un palo de mango. Hay ventiladores de código abierto impresos en 3D, llamados ventilAID, los fabricantes los describen como un dispositivo de último recurso cuando faltan equipos profesionales. El diseño está a disposición del público. (Internet, empresa polaca Urbicum).
Miren, así como el Minsa puso a leer a un muchacho paisa sacado de la novela “Siervo sin tierra” de E. Caballero Calderón, gráficas y estadísticas matemáticas por televisión que ni él entendía, por favor, organicen ahora sí, a un grupito de panameños y colombianos sin trabajo, pero superpreparados e inteligentes que hay por miles.
Ya en Colombia se trabaja en estos prototipos de eficaces ventiladores, pero, como supongo que ellos son igual o más corruptos que nosotros, no les dan paso. Por la pandemia mundial un diseño tan sencillo está a disposición del público. ¡Ah!, pero no, la “rasquiña” gubernamental del gasto está empeñada en traer internistas, terapeutas y a gente que en lo del bicho no saben ni lavarse las manos y a quienes Ud. les enseña una “micha de pan” y le van a contestar que es un coco.
La COVID es un “resfriado” mortal que tiene más enredados que asustados a casi todos los “matasanos” del orbe, y eso que no me atrevo a decir, porque no me consta y no aparecen señas formales en Internet, que es un arma de guerra.
Mientras, digo yo que me estoy cuidando, comiendo aguacates, tomando vitamina C, B-12, haciendo gárgaras de vez en cuando de bicarbonato y en un encierro casi total que me da oportunidad de revisar mi pequeño jardín con las hierbas como la pulmonaria, cuyo té pone a respirar al mejor ñato capireño. También tengo instruida a la que sabemos que, si me nota trancado del pecho, me abanique con mi sombrero de chonta soplafogón, que por ahora es el mejor ventilador artificial que he tenido en mi vida.