Un aporte sobre la historia de la inmigración en Panamá

En un contexto general se puede decir que la mayoría de las sociedades se han creado absorbiendo olas migratorias de diferentes partes del planeta de manera paulatina a lo largo del tiempo.

Panamá, por su forma y por su ubicación estratégica entre América del Norte y América del Sur desde las primeras migraciones, que iniciaron con la llegada de los españoles, ha sido utilizada como ruta de tránsito, lo que permitió la llegada de diversos grupos étnicos.

En el siglo XIX, Estados Unidos estudió la posibilidad de unir los océanos mediante la construcción de un ferrocarril en Panamá, como una ruta alternativa por la llamada “fiebre del oro” que se dio en California, dando paso a la primera ola migratoria que se registra oficialmente en Panamá.

La compañía del ferrocarril contrató a obreros estadounidenses, europeos y afrodescendientes que llegaron al país para la construcción de la vía férrea. Incluso, parte de la mano de obra para la construcción del ferrocarril transístmico fue traída desde China con la llegada de la embarcación Sea Witch en 1852, que arribó a las costas del Atlántico panameño con más de 700 trabajadores.

Lo mismo sucedió con la construcción del canal francés durante la década de 1880, donde se dio una ola migratoria tanto de Europa, como de algunas islas del Caribe. Más adelante, con la construcción del Canal de Panamá por parte del gobierno estadounidense a principios del siglo XX, se dio paso a otra entrada masiva de mano obra, cuya mayoría fue de origen caribeño.

Entre 1904 y 1913, cerca de 45.000 personas fueron contratadas por la comisión del Canal.

Cuando culminaron los trabajos de la construcción del Canal, el gobierno de la época intentó repatriar a los inmigrantes del Caribe, pero esta medida generó la oposición de los dueños de las edificaciones de alquiler que eran habitadas en gran parte por estos inmigrantes, logrando muchos de ellos quedarse en Panamá

A Panamá continuaron viniendo inmigrantes, por ejemplo, durante el primer tercio de nuestra vida republicana el gobierno de Panamá facilitó la entrada de una gran cantidad de docentes de origen europeo y chileno para promover la educación, gran cantidad de ellos se quedaron y se establecieron aquí.

En las décadas de los 80 y 90, Panamá también recibió a un grupo importante de inmigrantes de diferentes países del Medio Oriente y Asia que decidieron instalarse en Panamá para desarrollar sus negocios e inversiones.

En los últimos 25 años además se han registrado otras olas migratorias hacia Panamá de países como Colombia y Venezuela, incrementándose de manera exponencial desde el 2018 a través de la selva del Darién, impactando diversos aspectos de la sociedad.

Este flujo migratorio diverso que ha contribuido a la multiculturalidad panameña, enriqueciendo la sociedad con una mezcla de tradiciones, idiomas y costumbres, al mismo tiempo ha planteado desafíos y la necesidad de gestionar la integración de comunidades diversas y abordar cuestiones relacionadas con el empleo y los recursos.

El gobierno panameño ha implementado políticas para regular la inmigración y garantizar una convivencia armoniosa, aunque a pesar de estos esfuerzos, persisten preocupaciones sobre la equidad y la inclusión, pues es un tema complejo que requiere un enfoque integral para asegurar el desarrollo sostenible y la coexistencia pacífica de todas las comunidades.

Así que se podría decir que a excepción de los pueblos originarios, todos fuimos inmigrantes, y somos el resultado de una mezcla de culturas de distintas partes del mundo que por diferentes razones y circunstancias se establecieron en Panamá en busca de un futuro próspero.

También podemos afirmar que a pesar de que últimamente se ha creado en la población una opinión negativa de la inmigración, lo cierto es que, por el contrario, el impacto ha sido positivo, pues ha contribuido con el crecimiento económico y social del país.

Hoy, el panameño es el producto de esa mezcla de las diferentes etnias que llegaron al país y donde cada una de ellas aportó algo significativo, enriqueciendo nuestra cultura y conformando hoy lo que nos define como panameños.