• 22/06/2017 02:02

La música como medio de cultura humanística en la UP

Esperamos que esas ideas expresadas hace ya tantos años, hayan calado en la comunidad para bien de la enseñanza y el Estado.

En artículo publicado en la obra Testimonios de una época, el doctor Carlos Iván Zúñiga G., expresaba que en algunos sectores hay una permanente conspiración contra la Universidad de Panamá (UP). Sin ningún instrumento de medición se viene arrastrando la tesis, más que tesis consigna, de que la Universidad no cumple con su cometido y añadía: ‘Es verdad que una Universidad agoniza cuando el espíritu académico no se fundamenta en la libertad de cátedra, en la idoneidad moral y profesional de los profesores y en la ausencia del cultivo de la cultura'. Esperamos que esas ideas expresadas hace ya tantos años, hayan calado en la comunidad para bien de la enseñanza y el Estado.

Todo lo universitario no tiene que ser confundido con las malas prácticas heredadas de nefastos funcionarios que destruyen lo que han hecho los buenos rectores, profesores académicos y de aquellos que hacen cultura como son los músicos y los profesores de Bellas Artes.

Considero como educadora que nuestra Universidad de Panamá, creada en l935, ha cumplido grandemente su misión, pero históricamente hay que hacer una evaluación concienzuda y analizar las fallas que han hecho mella en la vida universitaria actual.

Nos hemos referido anteriormente al respeto a la academia, a los problemas causados por el centralismo y el clientelismo que han venido minando a nuestra ‘alma máter', desde hace 20 años y que no se ha podido ocultar, todo en desmedro de la buena administración del Dr. Zúñiga Guardia, que sí buscaba lo mejor para nuestra Primera Casa de Estudios.

La verdadera historia no oculta nada y en ella nos debemos apoyar. La Universidad actual necesita en su estructura, funcionamiento y en sus facultades un tratamiento correcto y moral. Como egresada y excatedrática, pido las enmiendas necesarias como apuntó muchas veces el Dr. Carlos Iván Zúñiga Guardia y como lo prometió el Dr. Flores en su campaña electoral.

En mis momentos de meditación recuerdo además, lo que significó hacer cultura a través de la música, cuando fue creado el Conservatorio Nacional de Música y Declamación, hoy Instituto Nacional de Música, una entidad que reparte cultura, así como es la misión de la Facultad de Bellas Artes de la UP.

Como exalumna del antiguo Conservatorio, a los diecisiete años pertenecí al Coro y no se me olvida el director Herbert De Castro que dirigía la Orquesta con el Aleluya de Handel, en el Teatro Nacional, hoy descuidado totalmente para tristeza del arte y la cultura. Este concierto fue maravilloso. Se sentía la espiritualidad en ese lugar. Al igual sucedió cuando en la administración universitaria del Dr. Zúñiga se crearon la Facultad de Bellas Artes y la Orquesta de Cámara, creaciones a las cuales se oponía un personaje muy conocido de nuestro mundo de la música, tal vez por celos injustificados o por razones insospechadas.

Lo cierto que el Dr. Zúñiga tuvo la oposición de muchos envidiosos. Él con su visión, también quiso edificar el Teatro Universitario. Consiguió la partida, los planos y el arquitecto para ello. Pero todo lo desaparecieron. Y pregunto, como esposa del rector Zúñiga, ¿dónde quedaron los planos, la partida, el lote y el arquitecto? Todos desaparecieron. Relato todo esto porque como excatedrática, como exegresada de la Universidad de Panamá y como ciudadana, no quisiera que la Orquesta de Cámara corriera igual riesgo.

El doctor Flores con sus buenos oficios nos prometió que la Orquesta de Cámara como cultivadora de la cultura universitaria tendría un buen trato. Le expresé que la Orquesta de Cámara no es una entidad administrativa, es promotora de cultura musical y debe pertenecer a la Escuela de Bellas Artes y no a la Vicerrectoría de Extensión. Su labor y dedicación es de 24 horas, en los actos sin horario, en los momentos de práctica que hacen en la Universidad y en sus hogares en horas de descanso. Su labor es encomiable, espiritual, de un gran esfuerzo físico y psíquico. Por su misma labor humana no tienen horarios fijos. Todos son músicos consagrados, en quienes la cultura y el humanismo se dan la mano. Por ello es imposible que marquen tarjeta, pues su labor artística es de 24 horas al día, los 365 días del año. Ellos se reportan a través de un registro que los mismos firman y son entregados mensualmente a la Vicerrectoría de Extensión. Su labor, repito, es de 24 horas de dedicación, con preparación musical, ensayos, presentaciones en graduaciones, en actos culturales nacionales e internacionales.

Después de estas observaciones, se hace necesario entender que lo que se quiere es valorizar más la labor de los virtuosos de la música académica y su sabiduría, cuando interpretan los instrumentos con gran amor y consagración, que es lo que contribuye a una educación humanística.

Consideramos, por lo expuesto, que mientras no se ‘cultive la cultura', como dijo el rector magnífico Carlos Iván Zúñiga Guardia, citado al inicio de este escrito, no se alcanzará una universidad humanística y científica, donde la música, las letras y las ciencias brillen por los cielos de la Universidad de Panamá.

EXCATEDRÁTICA Y POETISA.

‘(…) mientras no se ‘cultive la cultura', (…), no se alcanzará una universidad humanística y científica, donde la música, las letras y las ciencias brillen…'

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