• 18/03/2024 00:00

Urgencia, coherencia y precisión

Reconstrucción del país, es la conclusión de los dos debates presidenciales que hemos presenciado. Un país de muchas riquezas, pero estamos viviendo como en un laissez faire, modelo económico de dejar hacer y dejar pasar pareciera que fuera la política que se ha elegido, que el mercado se regula solo; sin obstáculos, donde sobreviven los mejores; pero desafortunadamente no ha emergido la creatividad, con políticas coherentes y cohesionadas que evite más desigualdad y más pobreza.

Es vital prepararnos con información actualizada de la situación del país, incluyendo pronósticos, trayectorias, intensidad y posibles impactos. Una matriz de riesgos y evaluación de las buenas prácticas ya desarrolladas por otros países, que pudiesen implementarse en el país. Ya la película esta vista; se requieren acciones urgentes y precisas. Una urgencia, en definitiva, es algo que debe resolverse de forma inmediata.

Las crisis no empiezan cuando estallan, sino que se han venido gestando mucho antes; precisamente suceden cuando se suma la falta de confianza y credibilidad. Hay que recordar los miles de empleos perdidos y cientos de empresas que han cerrado operaciones; y, por otro lado, el sector privado solicitando una política económica urgente; sugiriendo revisar el tamaño y estructura del sector público y ajuste en los gastos corrientes; así como en reducir el alto endeudamiento público.

Millones y millones gastados transferidos a las juntas comunales, mientras, como ejemplo la cantidad de escuelas públicas en pésimo estado, y otras con deficiencias en los pocos trabajos realizados a última hora en su infraestructura; ¿no se preveía que los niños regresaran a sus aulas?, ahora, sin seguridad; niños en riesgo social; con educación deficiente y muchas escuelas sin la vital agua. ¿Por qué no aparecieron mediadores para llamar la atención al gobierno? Son estas las labores que deben ser realizadas por los 701 representantes de corregimiento en pro del desarrollo local.

Hoy día se van sumando otros problemas visibles: el saneamiento, ocasionado por la gran cantidad de basura acumulada en todo el país; lo que puede ocasionar otra emergencia sanitaria transmitida por otros vectores, y no solo eso, sino la vergüenza de aprobar millones a una ley de incentivos al turismo sin tener resueltos problemas de infraestructura básica: vías en buen estado, servicios públicos que operen con eficiencia y comunidades organizadas que participen en ese desarrollo del turismo local sostenible.

Ahora la conciencia de los panameños ha despertado, principalmente de los jóvenes que ven un futuro incierto. El descontento y frustración es generalizada, que, unido a los altos costos de los alimentos, desempleo, deficientes servicios de salud, medicamentos, carencias en los servicios públicos como agua, saneamiento, electricidad y vías de acceso deteriorados, entre otros; por lo que urge de un duro ajuste a la política pública, que sea clara, creíble, coherente y precisa; y revertirla si es necesario con medidas correctas, eliminando los focos de corrupción hasta obtener resultados visibles.

Cabe aquí la metáfora de que el tiempo es oro podrían ser “invertir el tiempo”, “ahorrarlo”, desaprovecharlo, o aprovecharlo al máximo. Necesitamos “acciones urgentes para avanzar hacia el futuro”. Lo importante es determinar cuáles son los problemas más importantes de una determinada situación y, por consiguiente, priorizar las intervenciones creando vínculos básicos de confianza; en aceptar posiciones políticas diferentes; y un compromiso con el régimen de derecho.

La autora es economista y asesora de inversiones
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