• 17/03/2018 01:01

Corrección fraterna al presidente Varela

La corrección fraterna está inspirada en Hechos de los Apóstoles. Es la importancia de pedirse perdón dentro de la comunidad. 

La corrección fraterna está inspirada en Hechos de los Apóstoles. Es la importancia de pedirse perdón dentro de la comunidad. Este es el principio del cristianismo. Quien perdona es la comunidad. Cuando se comete un error, ello repercute directamente en la comunidad. Por lo tanto, si los panameños no lo perdonan, señor presidente, no hay posibilidad de reconciliación. Es decir, sin perdón, no hay un hilo conductor que lo comunique a usted con Dios.

La comunidad panameña tiene interdependencia con usted, pues tenemos bienes en común: los fondos públicos, el agua, la tierra y otros recursos naturales. Esto, según la Iglesia, es un pequeño Reino de Dios en la Tierra. ¿Qué ha hecho usted para cuidarlo?

Haré corrección fraterna en solo tres casos de los tantos errores que usted ha cometido:

1. — El 12 de octubre de 2016, hicimos un Pliego Social fundamentado en cuarenta y ocho puntos que van en detrimento del pueblo. La nota la recibió Erick Estrada, entonces jefe del SPI. Resultados: meses después nos recibió el ministro Álvaro Alemán, quien aseguró nunca haber visto el documento. Le entregamos una copia con el ‘recibido conforme' de Erick Estrada, y se comprometió a llevar las peticiones al Consejo de Gabinete para distribuir las necesidades entre los ministros del ramo respectivo y darnos respuesta. De esto hace un año y medio. Nada ha sucedido desde entonces. Eso se llama engaño, soberbia y desdén hacia un pueblo que ustedes tienen oprimido y olvidado.

2. — Usó su facultad constitucional y descartó la posibilidad de las consultas para nombrar a dos magistradas de la Corte Suprema de Justicia. Por primera vez puedo decir que la mayoría de los diputados actuaron con cordura, y su imposición fue rechazada. La gran mayoría de los panameños nos sentimos tranquilos con la recomposición de la Comisión de Credenciales.

Ahora declara que hará valer la ‘autoridad' de su cargo a un ‘grupito de diputados' que, según usted, quiere llevar al país a un enfrentamiento. ¿No se da cuenta de que es la mayoría? Entienda que perdió. ¿Qué pretende hacer? ¿Judicializar a los diputados? ¿Llamar a la tan anhelada constituyente originaria que, a estas alturas, ya no la queremos? Al menos, con su Gobierno, NO. Eso se llama prepotencia, soberbia y venganza.

3. — Aquel 1 de julio de 2014, en compañía de Stanley Motta, le dio falsas expectativas a los colonenses. Sabemos que cuando se restauren las dieciséis calles y se remodele Colón al estilo francés, se construirán edificaciones con mayores alturas. Esto provocará un aumento de alquileres y no habrá otra salida que los residentes tradicionales abandonen el barrio y se sitúen en la periferia. Usted y su Gabinete pretenden sacarlos y que este nuevo espacio sea ocupado por clases sociales con mayor capacidad económica.

Temeraria ocupación militar en Colón dos días antes de la huelga. Golpearon al director de la Policía, quien estaba sin su equipo de seguridad. Derribaron un carro móvil y no había ni un agente de la seguridad pública en ese sitio. ¿Quién tenía especial interés en que la Casa Wilcox terminara de extinguirse? ¿Por qué, en su gran mayoría, los negocios saqueados son de chinos? Qué casualidad que fueron los asiáticos quienes cerraron sus puertas y colocaron un cinto negro fuera de sus establecimientos, como muestra de solidaridad a la huelga.

El tiempo de Cuaresma, usted lo sabe, mejor que yo, por ser Opus Dei, es una época para entrar de lleno en la vivencia de la introspección. Para el mundo católico, es una oportunidad para reencontrarse con Dios, con nuestro proyecto de vida que debe estar vinculado con volver a nuestra esencia, con unirnos más a Dios y a nuestro prójimo. La misericordia debe ser nuestra y vuestra compañera.

Dante Alighieri, en su descripción del infierno, se imagina al diablo sentado en un trono de hielo. Su morada es el hielo del amor extinguido. Pregúntese entonces: ¿cómo se han enfriado en usted el amor, la humildad, la misericordia?

Haga oración, señor presidente. Es el dulce remedio que este tiempo nos ofrece. Evidentemente no la hizo en la Cuaresma. Hágala en la Semana Santa. Su corazón descubrirá las mentiras secretas con las cuales se está engañando a usted mismo. Continuará...

LA AUTORA ES AUDITORA FORENSE Y ESPECIALISTA EN FINANZAS PÚBLICAS.

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