La ZLC está en coma...

A través del tiempo desde su creación en 1947, la Zona Libre de Colón —ZLC—, ha desempeñado un papel importante, no solo en el desarrollo de su actividad comercial, sino que ha sido la institución llamada a dar respuesta a la población colonense en materia de generación de empleos.

Su expansión territorial en la década del 80, a través del intento de diversificar su actividad comercial hacia otras áreas —industrial, maquiladoras y en el pasado reciente hacia la Zona Procesadora—, preveían de manera visionaria el futuro de esta Zona Franca.

Pareciera que la crisis que vive la ZLC en el momento actual se centrara de manera fundamental en el cobro de la deuda que empresarios venezolanos tienen con empresas de la ZLC, deuda esta que rebasa en el tiempo los cinco años de vencimiento. A ello se suma la medida proteccionista adoptada por el Gobierno colombiano de proteger su industria nacional en materia de textiles y calzados, elevando los aranceles de importación, limitando así la entrada al mercado colombiano de estos productos provenientes de la zona franca panameña.

Debemos reconocer, que los empresarios de la ZLC, en una aparente carencia de visión futura, limitaron sus relación comercial a tres mercados específicos —Colombia, Venezuela y Ecuador—, en desconocimiento de la existencia de otros mercados en el resto del continente americano; ignorando así la posibilidad de abarcar otros mercados que alivianaran la situación financiera de las empresas localizadas en este sector, situación ésta que se veía venir.

Es de destacar que esta institución ha jugado un papel destacado en cuanto a su contribución al crecimiento de la actividad económica panameña durante los últimos veinticinco años, siendo junto a las actividades de la construcción, portuaria y el turismo la base fundamental de nuestro desarrollo.

Sin embargo, y a pesar de todo, el Gobierno de Ricardo Martinelli en su afán de recaudar, castiga con una serie de impuestos, tasas y tributos a la ZLC, situación esta que hace menos competitiva esta zona franca, en comparación con la Zona Procesadora de Panamá-Pacífico (Howard), área ésta exenta del pago de tasas, impuestos o tributos con la que se castigó a la ZLC.

Esta situación hace que penda sobre los empresarios de la ZLC una competencia desleal, frente a los beneficios otorgados por Gobiernos anteriores a la Zona Franca Panamá-Pacífico. Ventajas que van desde exoneraciones de pago de impuestos, tasas y otros tantos beneficios. Muchas de las cuales son incluidas en exiguos contratos de arrendamiento, lo que no ocurre con las empresas establecidas en la ZLC en la actualidad.

Hoy, pese a que los empresarios y trabajadores ubicados en dicha zona franca han lanzado su grito de auxilio en cuanto a la posibilidad de desaparición de importantes empresas en la misma, la mirada del Gobierno nacional se centra en impulsar el proyecto ‘Colón Puerto Libre ', proyecto este impulsado por aquellos sectores económicos interesados en hacer de la ciudad de Colón su centro de exhibición de la mercancía, que no encuentra salida en la ZLC, la que en una operación de ‘dumping ', ponen a disposición de incautos ciudadanos, como si fuera ésta la gran panacea en el llamado Puerto Libre, proyecto este impulsado por el actual Gobierno, desproveyendo de alternativas a quienes hoy sufren la crisis financiera más importante de su historia, el pueblo colonense. La actual crisis de la ZLC no es prioritaria para el presidente Varela y su equipo de Gobierno, menos aún la suerte de los más de diez mil panameños despedidos en lo que va del presente año en dicha zona franca.

Esta actitud del Gobierno nacional hace evidente que ‘el pueblo no es primero '; primero están los intereses de quienes dictan las pautas en materia económica que hoy quieren tomarse la ciudad de Colón; igual que los intereses de quienes contribuyeron de una manera u otra al financiamiento de la campaña electoral de quienes hoy nos gobiernan.

Señores: No miremos la situación de la ZLC con olímpico desprecio, de esta depende miles y miles de panameños, quienes afincan sus esperanzas en la fuente de empleos que hoy tiene. Señor Presidente: La crisis económica y financiera es de hoy. Colón Puerto Libre es un proyecto para el futuro mediato. El problema de esta institución es un problema de toda la ciudadanía. No es solo de los empresarios y trabajadores que en ella laboran.

ECONOMISTA