Respaldemos a la ACP

Las filtraciones en la esclusa de Cocolí nos obligan a estar más pendientes que nunca sobre lo que ocurre en el proyecto de ampliación del Canal. Después de un proceso de construcción extendido (se entregará dos años más tarde de lo que debía) y tedioso nos enrumbamos en el tramo final y ultrasensible. No puede haber excusas. No hay nada más ilógico que la contratista que reclama aumentos por más del 50% del precio que había ofertado, construya con errores, aunque sean estos milimétricos. La postura de la Autoridad del Canal (ACP) refleja justo el sentir de la población: no se aceptará nada lejano a la perfección. Ni se puede ni es un lujo que tenga sentido explorar. De la ampliación depende el rol del país en el escenario comercial mundial de las próximas décadas, la entrada de por lo menos mil millones de dólares a las arcas públicas por año, las proyecciones que se hicieron con ello para saldar viejas deudas sociales, y lo más básico: que el esfuerzo económico nacional que se ha hecho con esto sea saldado. Seguramente los problemas de la esclusa del pacífico serán corregidos, pero el hecho de que hayan complicaciones nos llama a estar al tanto. Es nuestra obra maestra del siglo veintiuno. Como ciudadanos no nos queda otro camino que respaldar a la Autoridad del Canal.