Este fin de semana unas 43 mil personas hicieron fila, hoja de vida en mano, para buscar trabajo en una feria de empleo organizada por el Municipio de Panamá. El mensaje es claro, los panameños quieren trabajar. En 2024, la tasa de desempleo fue de 9,5% y la informalidad se situó en 49,3%. A pesar de los esfuerzos del gobierno, que organiza ferias de empleo y hace alianzas con la empresa privada, los resultados no terminan de materializarse. En los primeros 4 meses del 2025, los contratos laborales registrados en el Ministerio de Trabajo disminuyeron 0,3 %. En la última encuesta Vea Panamá, realizada por La Decana, la ministra de Trabajo Jackeline Múñoz aparece como la segunda ministra peor calificada por su gestión, solo delante de la ministra de Educación, Lucy Molinar. Poner chenchén en el bolsillo es la principal promesa de campaña hecha por el mandatario José Raúl Mulino. No existe una varita mágica para resolver la economía nacional, pero con planificación, estrategia y políticas públicas consistentes podemos llegar al objetivo de un país dónde no solo haya trabajo, sino también salarios dignos y cónsonos con el costo de la vida.

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