• 11/02/2019 01:00

Un atraco con licencia

Mientras el país se entretiene contra la corrupción política, la otra corrupción, la empresarial, campea a sus anchas

La corrupción política aflora a cada rato. Los medios de comunicación social se banquetean contra los funcionarios corruptos y llenan los espacios con los cuestionamientos a esas figuras señaladas. Sin embargo, mientras el país se entretiene contra la corrupción política, la otra corrupción, la empresarial, campea a sus anchas, castiga los bolsillos y, lo peor, actúa con licencia oficial. Tres ejemplos bastan para demostrar lo que a todas luces es un atraco con licencia y las autoridades parecen cooptadas, porque permiten el latrocinio: Energía eléctrica, medicamentos y libros escolares desechables. No hay justificación que permita sustentar que el sol, el agua o el viento es más caro aquí que en Colombia. Por lo menos en ocho centésimos por kilowatt hora está el sobre precio y el subsidio que da el Gobierno es para justificar la ineficiencia, no es un subsidio para los consumidores. En pocas palabras, si el precio de la energía eléctrica fuese justo, la población estaría pagando muchísimo menos de lo que hoy paga y sin subsidio estatal. Con los medicamentos es otro atraco. Las comparaciones se ven a diario, donde los precios en España, México, Colombia o Estados Unidos son diez y 15 veces menos que los que se cobran en Panamá. Y las autoridades se hacen de la vista gorda o hacer ver que de ellos no depende esta bribonada. Y con los libros escolares, todavía nadie demuestra que dos más dos no es cuatro para que se tengan que cambiar cada año. Solo Plutón dejó de ser planeta, pero no es razón suficiente para que todos los libros haya que comprarlos nuevos cada año. Las autoridades de ASEP, Salud y Educación son las responsables de esta canallada, porque con ellos los empresarios tienen licencia para atracar.

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