Canasta básica

Es una promesa que nadie va a olvidar, esa no. Fue una de las más importantes o, mejor dicho, la más importante de todas las que hizo el actual presidente de la República en su campaña, pues lo que más le importa al pueblo es su alimentación. Y debe ser también uno de los compromisos principales para el Gobierno nacional poner a disposición de la población esa canasta básica de alimentación a costos verdaderamente accesibles. Esa promesa ganó muchos votos, esa promesa dio esperanzas de que las familias más humildes podrían tener una alimentación balanceada y económica, pero la realidad aún es que cada día cuesta más alimentarse sanamente. Y no solo porque los alimentos estén más caros, sino porque, lógicamente, se tienen otros compromisos que se llevan el poco dinero que muchos ganan, pues los salarios de la mayoría no son acordes con los costos de la vida actual. Sobre los veintidós productos congelados se creó gran expectativa en el pueblo, pero para muchos el ahorro no ha sido tan significativo como se dijo que sería ni la variedad de los productos tan buena como exige una alimentación sana y balanceada. Habría que explicar bien lo logrado. El Gobierno debería revisar los resultados obtenidos con las medidas adoptadas y rendir un informe pormenorizado a la Nación.