- 15/03/2021 00:00
Carencia de liderazgos
Toda sociedad debe formar a sus líderes. La panameña, empero, ha atravesado por una descomposición que la ha transportado a lo que tenemos: un pobre liderazgo que no permite empujar el país hacia el desarrollo pleno. Es como en una guerra, que el ejército se queda sin generales. Así estamos. No es culpa de nadie, es un descuido generacional en el que muy pocas personas reparan. Los primeros líderes a inicio de la República lograron enrumbar a la sociedad a tener un país libre e independiente, aunque atado a perpetuidad a Estados Unidos. Pero el primer objetivo, la separación plena de Colombia, se logró. Hubo algunos que se opusieron, como Porras, pero luego comprendió el acierto y fue grande en su gestión como presidente. Se luchó luego contra la perpetuidad y logramos esa independencia definitiva el 31 de diciembre de 1999. Pero después de 30 años, nos dormimos y entramos como sociedad en una pelea por usufructuar el botín del Estado. No planificamos, la Asamblea es cada vez más decadente y no emergen liderazgos que denoten fuerza, que generen confianza en la mayoría de la sociedad. Los que hay son liderazgos pírricos, sin fuerza, que su oposición al Gobierno de turno es como el cuentachistes, que, para hacer reír a la gente, saca el repertorio de lo vulgar, lo soez, la burla… Necesitamos construir liderazgos fuertes, que generen confianza, y es urgente, porque la decadencia es cruel y peligrosa. Y no se trata de levantar banderas individualistas; de lo que se trata es de lograr esa confianza, porque se trabaja por el bien común. Urge el milagro, de lo contrario, seguiremos con rumbo desconocido. ¡Así de simple!