Después de Chávez

De los vaivenes de la política venezolana algo realmente bueno ha quedado de tantas elecciones: la participación ciudadana ha madurado y se ha fortalecido. Ningún otro país exhibe tanta militancia cívica en la calle; sin embargo, el pueblo no da signos de cansancio y las manifestaciones, en ambos bandos, han sido masivas y entusiastas. Es la lección democrática de los venezolanos a la región en estos tiempos. Venezuela vuelve mañana a ejercitar en las urnas su vocación democrática solo seis meses después del último torneo. En aquella ocasión ganó de manera inequívoca Hugo Chávez, ahora fallecido. El ‘heredero’ del chavismo, Nicolás Maduro, se mide en las mesas electorales con el persistente líder opositor Henrique Capriles. Los desafíos de Capriles son enormes: tendrá que batallar contra un fantasma político de dimensión histórica, derrotar voto a voto a Nicolás Maduro y convencer a los chavistas marginales (votos que necesita) de que él no es rupturista. La contienda será durísima, aunque en política no hay sorpresas, sino sorprendidos.