Día Internacional del Trabajo

Para cualquier nación, el trabajo, visto integralmente, es uno de los principales cimientos del desarrollo; por tanto, el liderazgo, la visión y la ejecución de un plan coherente son determinantes en la consecución de los objetivos que, como sociedad, deben definir y orientar el trabajo. A tres años de ejercicio del poder público, el incremento de la deuda externa, de la economía informal y del desempleo son diametralmente opuestos al programa electoral del actual Gobierno. El escritor y ensayista español Francisco Ayala dijo: "La incompetencia es tanto más dañina cuanto mayor sea el poder del incompetente". Todos, pero especialmente los gobernantes, deberíamos retomar el mensaje del himno nacional: ‘Adelante la pica y la pala, al trabajo sin más dilación…'. Nada podría justificar, jamás, mantener subsidios irracionales y electoreros, y menos en base a un endeudamiento sostenido; con despilfarro y demagogia, es imposible generar riqueza y mucho menos ahorro, indispensables para un crecimiento sustentable. Lo urgente e inaplazable es un cambio real, que permita reestructurar todo el andamiaje institucional para sanear las finanzas y atender las verdaderas necesidades del pueblo; objetivos viables a través de un proceso constituyente. Trabajemos por un cambio genuino, yendo a la fuente del poder público, donde además reside la legitimidad, la voluntad de la mayoría ciudadana.