• 04/09/2025 23:00
Entrelíneas

La Asamblea no puede ser cómplice de la corrupción

La corrupción avanza en silencio, pero no podemos esperar sus efectos. Los proyectos impulsados por el procurador Luis Gómez buscan modernizar el marco jurídico panameño para combatirla, y no es momento de postergarlos. Exigir que la Asamblea Nacional actúe con urgencia es una obligación ética que el país demanda. Pero, lamentablemente, hay quienes prefieren entorpecer, no combatir. ¿Qué nos está diciendo ese cinismo político? Que en Panamá las cuentas bancarias millonarias, los contratos ocultos y las plataformas digitales pueden ser utilizados como herramientas para enriquecer a unos pocos, mientras las instituciones se quedan en silencio. Lo que está en juego, ahora, es si la Asamblea Nacional está dispuesta a proteger a los corruptos o a cumplir su deber con el país. Cuando un diputado admite sin reparos que bloqueará iniciativas porque no tolera “presiones”, lo que hace es colocar su ego por encima del interés nacional. La Asamblea tiene una sola opción honorable: debatir y aprobar con urgencia estas leyes que, si bien pueden no ser perfectas, permitir abrir el diálogo para perfeccionarlas es parte de la labor legislativa. El país está cansado de excusas y la historia será implacable con quienes prefieran la complicidad al deber.

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