• 25/05/2019 02:00

Política exterior

Panamá es de vital importancia para ambos países y la lógica indica que debe mantener una posición de neutralidad y posicionar su papel importante en este baile de gigantes

Panamá está a unos días de estrenar un nuevo Gobierno y en el horizonte son muchos los problemas por resolver. Sin embargo, en el plano internacional, dos acaparan la atención de la ciudadanía: Venezuela y China. Por un lado, el Gobierno de Varela se volcó a una relación sin precedentes con China y, por el otro, la mayor parte de su gestión mantuvo una muy buena relación con la Venezuela de Maduro. Pero la estrategia, si es que la había, de la política exterior panameña en el Gobierno de Varela, sufrió un frenazo sorpresivo, porque pasó a formar parte del Grupo de Lima que exige la salida de Maduro y, al mismo tiempo, la velocidad de las relaciones con China experimentó un bajón repentino. El factor común de estos cambios es Estados Unidos, país que mantiene una inédita guerra comercial con China. Panamá es de vital importancia para ambos países y la lógica indica que debe mantener una posición de neutralidad y posicionar su papel importante en este baile de gigantes. La posición sumisa de la política exterior de Varela deja mucho que desear, más cuando la importancia geopolítica de Panamá le da la oportunidad de poder decir algo. El nuevo Gobierno tiene que montar una estrategia sólida y convocar a las mejores mentes para enfrentar este complejo asunto internacional. No estamos para desaprovechar oportunidades como esta que pueden significar el seguir musitando como de costumbre o bramar entre los grandes. ¡Así de simple!

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