• 24/03/2014 01:00

Candil de la calle, oscuridad de su casa...

El Ático

Ningún panameño que haya derramado así sea una solitaria lágrima para recuperar nuestra democracia, durante la dictadura que nos sustrajo las libertades por veintiún años, puede cuestionar que nuestro gobierno abone por las libertades en países ajenos. Sin embargo, amén de los temas de supuesta corrupción que nos salpican desde el extranjero, más la campaña política interna, muy subida de tono, podemos ver —y preocuparnos por ello— cómo se desatienden sectores de nuestra población a los que ninguna importancia parece que se les da, como es el caso de los indígenas ngäbe buglé y sus demandas, que deben ser atendidas con prontitud y sin cometer abusos que condenamos que se den en Venezuela u otro lugar donde los DDHH estén siendo vulnerados. TRAIGA EL CANDIL PARA ADENTRO, SEÑOR PRESIDENTE.

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