Nepotismo...

Hablar de nepotismo enciende las alarmas de todos. Molesta la sola palabra y nadie quiere ser relacionado con él ni ver que, principalmente, en el Gobierno se den estos casos, que muchas veces, según lo establecido, no son ilegales, pero que escandalizan, y por escandalizantes son, al menos, inmorales. Quien vaya a sancionar a un funcionario por esta práctica debe poner el ejemplo. El nepotismo, visto como corrupción, puede generar más actos de corrupción, al poner en manos de miembros de una misma familia las decisiones sobre bienes y recursos del Estado. Esto no tiene por qué ser así, y quizá en una mayoría de casos no lo sea; pero mejor evitar situaciones que generan desasosiego en la sociedad, que le hacen sentir al pueblo que se le está engañando, ¡una vez más!, que se está en asociación para ir en su contra. Mejor evitar, ojalá estas situaciones en el actual Gobierno se corrijan absolutamente, y no se vuelvan a repetir ni en este ni en otros Gobiernos. Por el país, por la paz social. Quizá podríamos asegurar que el pueblo está harto de los escándalos.