• 25/12/2015 01:00

Dar y recibir...

Ninguna época más apropiada que la Navidad para dar; el más generoso de todos los verbos en castellano 

Ninguna época más apropiada que la Navidad para dar; el más generoso de todos los verbos en castellano, cargado, además, de sentido religioso para aquellos que creen. Como, por otro lado, no es el tiempo de cuestionar la fe de unos u otros, recreémonos en el desinteresado gesto que nos une a todos en estas fiestas y cómo esta casi frenética necesidad termina siendo de mucho provecho para algunos. Los regalos, envueltos en coloridos papeles navideños, son la indiscutible muestra de afecto que se espera al acabar el año, como si todos fuéramos, por un día, amparados en la Divina Trinidad, dioses omnipotentes y niños desvalidos. ¿No sería más fácil y sentido dar solo abrazos, besos cariñosos, declaraciones de amor fraternal y filial? Regalemos sonrisas, buen humor, paciencia, tolerancia, comprensión... los obsequios más nobles.

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