Un día, también, para reflexionar...

Muchos hombres viven la paternidad con amor, con entrega y total responsabilidad desde el mismo momento en que se enteran de que van a ser padres. No todos hoy ni antes —y confiemos que en el futuro— desdicen de este sagrado compromiso. Esos buenos padres merecen todos los halagos que se les quiera dar en esta fecha y a ellos quizá debería ser dedicado cada pensamiento hoy. Sin embargo, la realidad social que vivimos nos obliga a hablar de los otros, de esos por quienes se han tenido que hacer leyes para obligarlos —no a pocos— a cumplir con sus obligaciones paternas, muchos que, incluso estando en el hogar, descuidan la educación emocional, espiritual y académica de esos seres que deben ser su razón de ser y a quienes les deben amor, cuidados y buenos ejemplos que seguir. Hoy, más que un día solo para la comida especial, las cajas de cerveza y los regalos, debería ser para reflexionar sobre lo que hace cada padre por sus hijos e hijas y el país que recibe los frutos de su dedicación o descuido. A los buenos papás, feliz día... a los otros, reflexionen... y mejoren.