• 06/10/2025 00:00

El mito del empleo minero

Un actual hecho notable está dado por la enorme campaña mediática desatada por el actual gobierno, la transnacional minera y la empresa privada local, con el fin de venderle a la población la falsa narrativa del enorme empleo que generó la contaminante mina de Donoso.

Para esto, los mecanismos ideológicos del Estado se unen a los del sector privado para tratar de convencer a la población, demostrando que el neoliberalismo, pese a su discurso libertario, no es que rechaza al Estado, sino que lo utiliza como palanca para asegurar sus intereses. El Estado ampliado en acción.

Es fácil de construir el mito del gobierno y los sectores económicamente dominantes. Basta con observar y analizar las cifras del que se sostiene.

En la narrativa mitológica del capital – gobierno- la mina de cobre generaría de manera directa 6,666 empleos, y 40,793 directos e indirectos totales. Se trata de una cifra poco creíble a primera vista, por lo que la misma amerita un análisis más detallado.

El concepto de multiplicador del empleo fue introducido por primera vez en 1931 por Richard Khan, el discípulo de Keynes que lo inspiró a introducir el concepto de multiplicador de las inversiones en su The General Theory of Employment, Interest, and Money (1936). El multiplicador del empleo busca establece la relación entre el empleo directo que genera una inversión y el empleo total que se genera tanto directa e indirectamente a partir de la misma.

En el caso que nos ocupa se estaría asumiendo que dicho multiplicador sería de 6.1, es decir que se estaría asumiendo que por cada empleo directo generado por la explotación de la mina de Donso se estarían generando 6.1 empleos, cuando se toman los efectos directos e indirectos. Se trata de un nivel que se puede clasificar como claramente sobrestimado, sobre todo si se tiene en cuenta que la economía panameña tiene un elevadísimo coeficiente de importación, lo que lógicamente implica un elevado nivel de fuga en el flujo de demanda, lo que, como es conocido, limita el tamaño de los multiplicadores. A esto se debe agregar que en sí la minería industrial es una actividad densa en recursos naturales no renovables y en capital. Tampoco parece serlo en la generación de empleo indirecto.

El análisis más serio que se ha realizado en Panamá sobre el tema de los empleos directos e indirecto es el análisis realizado por Rodolfo Minzer y Carlos Orozco, publicado bajo el titulo de Análisis Estructural de la Economía Panameña: El Mercado Laboral (Cepal – Fida, 2017). En este, aún cuando no distingue entre canteras y minas, se establece que este tipo de actividad económica tiene poca capacidad de generar empleo directo e indirecto.

Es así que, en el documento citado, que se apoyó en un análisis de tipo insumo – producto, se estableció que, por un millón de balboas de demanda adicional para la actividad de canteras y minas, solo se generan 10 empleos. De estos, 3 son directos y 7 indirectos. Esto contrasta con otras actividades que son alternativas a la actividad minera.

Un importante ejemplo se encuentra en la actividad turística. Esta, de acuerdo a documento que ahora analizamos, por cada millón de balboas adicionales de demanda, generarían 47 nuevos empleos, de los que 23 serían directos y 24 indirectos. Se trata, además, de un sector que por sus características genera una demanda importante hacia los pequeños productores, con efectos territoriales importantes, que producen una mayor equidad regional.

Por su parte, también de acuerdo al estudio antes citado, las actividades agrupadas bajo el sector de otras industrias, genera por cada millón de balboas de demanda efectiva adicional, 46 empleos, de estos 38 directos y 8 indirectos. En este caso se trata, además, de un sector con tecnología avanzada, que utiliza mano de obra calificada y con capacidad de generar empleo decente. La agroindustria también permite potenciar al sector agropecuario.

En relación con la cantidad de empleo generada por la actividad minera de Donoso, la narrativa gobierno – sectores económicamente dominantes, sostienen como se observó, que la misma generó de manera directa 6,666 empleos. Esta cifra contrasta con el hecho de que, de acuerdo con la Encuesta de Hogares de abril de 2022, toda la categoría de actividad de minas y canteras solo generó 4,699 nuevos puestos de trabajo.

Un elemento que no toman en cuenta los defensores de la mina está dado por el hecho de que solo toman en cuenta los posibles elementos positivos relacionados al empleo. No toman en cuenta las posibles pérdidas de empleo que puede generar está actividad en actividades, debido, por ejemplo, al efecto de la contaminación de los suelos y las aguas, así como la destrucción general de la naturaleza, sobre la agricultura y el turismo. Nos encontramos, entonces, frente a un mito destinado a proteger los intereses económico de los sectores dominantes.

*El autor es economista
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