Historia repetida

N unca se podrá olvidar aquel fatídico 4 de noviembre de 1962. Ese día, la provincia de Panamá fue víctima de un torrencial aguacero, una precipitación nunca antes vista que fue causante de grandes inundaciones en varios sectores de la metrópoli y áreas cercanas. En la triste jornada hubo un gran número de pérdidas humanas, especialmente en el distrito de Pacora. El río, del mismo nombre, en cuestión de segundos arrasó con el puente que lo atravesaba. Cada año, los meses de octubre y noviembre se caracterizan por grandes precipitaciones que provocan derrumbes, aluviones, etc., y causan además la muerte de vidas inocentes. Ojalá la entidad encargada de prevenir y socorrer a los posibles afectados actúe antes de que ocurra algo similar, porque sería lamentable llorar de nuevo la desaparición de otros conciudadanos. Debemos estar preparados, la naturaleza actúa de manera imprevisible e inclemente.