• 21/11/2009 01:00

Piscinas inflables

S i los panameños tuvieran una disposición de limpieza y amor por los bienes espirituales y físicos, bien se podría pensar en instalar l...

S i los panameños tuvieran una disposición de limpieza y amor por los bienes espirituales y físicos, bien se podría pensar en instalar las piscinas propuestas por el alcalde del distrito capital. Pero conociendo el afán de la inmensa mayoría de ensuciar y deslucir la metrópoli, pensamos que la idea está fuera de lugar. Se necesitarían muchos vigilantes para evitar la destrucción de los enormes recipientes de agua, porque un simple pinchazo terminaría con la vida útil de ellos. El plan resulta magnífico en países donde se castiga con sanciones ejemplares a los que ensucian las ciudades y dañan los bienes comunales, pero nuestra cultura es de lo peor. Solamente basta ver la basura reinante en las calles de nuestra urbe, o los esfuerzos que se invierten en eliminar los desechos en la Cinta Costera, Lo mejor es olvidar el asunto, hasta poseer mejor educación.

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