Mal que corregir

La polémica que se ha suscitado por el uso de los estadios es producto de un entuerto que hay que arreglar de una vez por todas. Aunque pongan todos los argumentos sobre la mesa, la Liga Panameña de Fútbol es una organización que lucra con este deporte. No tiene lógica que todos los contribuyentes tengamos que sufragar un negocio particular. El uso de los estadios estatales es igual al que le damos al Centro de Convenciones ATLAPA. Si alguien quiere hacer una feria, paga por las instalaciones. Aquí no se trata de que se afectaría el desarrollo del deporte; de lo que se trata es de poner pautas al negocio de un deporte. La Liga Panameña de Fútbol debe hacer sus esfuerzos para construir sus propios estadios o pagar lo justo por el uso de las instalaciones deportivas del Estado, cuyos fondos servirían para costear una parte de su mantenimiento. Es así de simple.