Lotería eficiente

En la venta de chances y billetes hay un sistema enquistado que permite un pingüe negocio a unos cuantos avivatos que por años han lucrado a costilla de la institución de beneficencia. La solución del problema no está en montarle una cacería a los vendedores. El problema de la Lotería va más allá del chance casado. Es un problema de falta de eficiencia y de corrupción. Por un lado están los ‘acaparadores’ de chances y billetes oficiales y, por otro, los manejadores de las ‘casas grandes’. Mientras la Lotería no sea competitiva en la venta de chances de baja denominación, el comprador se verá obligado a comprar a las casas grandes. Y mientras las constantes emisiones que haga la Lotería sigan cayendo en manos de los acaparadores, los operativos que hace Acodeco a los billeteros no tendrán efecto. Si la Lotería quiere hacer algo serio, tiene que acabar con los acaparadores y las casas grandes. ¿Habrá disposición?