Sin camuflaje

Por lo visto en los desfiles patrios de la capital el 3 y 4 de noviembre, el Gobierno a través de los estamentos de seguridad pretende convencer a la ciudadanía de que el Istmo está seguro, por no decir que está armado hasta los dientes como para una guerra. Sin embargo, el alarde bélico deja claro que el espíritu por el militarismo engrosó sus músculos, a pesar de que en 1994 constitucionalmente se estableció que Panamá no tendrá ejército. Es por esto que surge otra vez el debate sobre si realmente nuestros gobernantes cumplen la Constitución en este sentido o, so pretexto de reforzar la seguridad, dan pasos atrás bajo un disfraz. Más aún porque los ciudadanos, por encima de toda esta artillería, se sienten inseguros hasta en sus hogares. Señores del Gobierno, la seguridad no se logra con simples golpes de pecho y si lo que quieren es un ejército, díganlo claro y sin camuflaje.