• 09/05/2014 02:00

Un discurso histórico

El magistrado presidente del Tribunal Electoral puso el dedo en la llaga sin circunloquios

Todavía retumban los sonoros aplausos de pie, de los asistentes que abarrotaron el Teatro Anayansi del Centro de Convenciones Atlapa el miércoles por la noche, que demostraban con esa manifestación, su acuerdo y admiración por las palabras que pronunciaba el magistrado presidente del Tribunal Electoral en el acto de proclamación y entrega de credenciales del Presidente y Vicepresidente electos de la República. La radiografía elegante y a la vez cruda que hizo Pinilla, de los vicios que pretendieron ensuciar el reciente torneo electoral, fue recibida con entusiasmo y asombro por los cientos de miles de panameños y extranjeros que siguieron a través de la radio y la televisión el desarrollo del evento. No conforme con describir las visicitudes que tuvieron que enfrontar los árbitros y el pueblo por obra y gracia de quienes despreciaron la inteligencia política de los panameños, Pinilla, en tono de amigable consejero, le hizo también recomendaciones certeras al ciudadano que tomará las riendas de la Nación a partir del próximo 1° de julio. Erasmo Pinilla ya se había caracterizado sin temor ni ambages en anteriores disertaciones, pero en esta del miércoles se superó. Supo poner el dedo en la llaga sin circunloquios, y marcó así un hito en la historia política de nuestro Panamá.

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