Democracia partidaria

Nuestro sistema político da trascendental importancia a los partidos, no es hasta las recién pasadas elecciones que pueden participar candidatos presidenciales por libre postulación o independientes —como son conocidos popularmente—.

Estos partidos, con sus fortalezas y debilidades, son los principales articuladores de la democracia electoral. Por ello, la situación interna del PRD, no es un tema que deba pasar desapercibido para la sociedad. A las renuncias en su cúpula, las cada vez más encarnizadas diferencias de corrientes, las acusaciones de que terceros podrían estar manipulando los procesos internos y un largo etcétera, se suman las declaraciones del presidente del Tribunal Electoral (TE), quien ha advertido que las decisiones del CEN podrían ser ilegales.

Aun cuando el Código Electoral deja claro que los partidos son autónomos e independientes y que sus decisiones deben surgir de la voluntad de la mayoría de sus miembros, parece insoslayable un pronunciamiento formal del TE, que despeje todas las dudas en torno a la procedencia o no de las renuncias de los miembros del CEN y qué instancias están legitimadas para conducir a la organización política. Pese a que aún no ha cerrado el proceso electoral y hay procesos de impugnaciones pendientes, el TE no debe desatender este asunto.