¿Y el Meduca dónde está?

Cuando la sociedad piensa que se han superado ciertas prácticas, vuelven a aparecer, para bochorno de todos. Una protesta estudiantil que, probablemente, se inició con justas motivaciones ante necesidades de un plantel que requiere reparaciones para un proceso de enseñanza-aprendizaje óptimo, desemboca en caos, disturbios, destrozos y, lo inimaginable, agresiones a sus propios profesores. Lo acontecido ayer es reprochable y exige establecer responsabilidades claras. La responsabilidad principal recae en el Ministerio de Educación. No puede ser que las autoridades hablen de ‘infiltrados’ y los medios de comunicación demuestren que los participantes son estudiantes del centro educativo. Esto revela un desconocimiento de lo sucedido y, lo que es más grave, que no hay un seguimiento que dé información veraz para atender exabruptos como estos. Estas protestas no son espontáneas, siempre hay escarceos previos que, si son bien atendidos, puede evitarse que lleguen a situaciones graves. Ver a estudiantes del glorioso Nido de Águilas encapuchados comportándose como antisociales de la peor monta nos deja profundos cuestionamientos como sociedad, pero es a la principal institución de educación nacional a la que le corresponde actuar con firmeza, identificar las deficiencias del sistema y aplicar sanciones ejemplares.