Triste espectáculo

Todo lo vivido en nuestro país desde el viernes en la tarde es un triste espectáculo. Mucho de lo ocurrido es inentendible para una ciudadanía que espera mucho más de sus servidores públicos. Desde el inicio del proceso contra el magistrado Alejandro Moncada Luna hemos señalado que a la Asamblea Nacional —convertida en tribunal de justicia— le corresponde ser en extremo transparente y mantener informado al país sobre sus actuaciones. No se trata de un caso irrelevante, todo lo contrario. Sin embargo, tanto a la Fiscalía como al Tribunal de Garantías les ha faltado una vocería profesional que vaya explicando los pasos y avances. Por su parte, tanto la defensa técnica como el propio magistrado Moncada Luna han menospreciado la alta investidura que todavía hoy ostenta, el ‘acuerdo’ al que arribaron con la Fiscalía ayer en la tarde bien pudo hacerse antes y evitar ver a un magistrado de la Corte Suprema de Justicia correteado de la peor manera. Los estamentos de seguridad también deben una explicación, es inadmisible que un funcionario, que cuenta con protección permanente por agentes del Estado, se escabullera sin mayores complicaciones. Esperamos que, a partir de mañana, las partes entiendan que lo que tienen entre manos exige seriedad.