• 25/03/2015 01:00

Ministerio de Ambiente

El nuevo ministerio solo tiene sentido si sus funcionarios cumplen con su deber

No es el título ni la categoría de una institución la que hace que en ella se cumpla con los deberes y responsabilidades que la Constitución y la Ley le imponen, pero sí es cierto que Panamá se había ido quedando atrás en la elevación a rango de ministerio de la, hasta hoy, Autoridad Nacional del Medio Ambiente (ANAM). Desde aquellos días primeros del INRENARE hasta llegar a la sanción de la Ley que creará el Ministerio de Ambiente, ha pasado mucha agua bajo el puente. No siempre han sabido desempeñar sus funciones los servidores públicos a los que les ha correspondido dirigir esa institución. Para un país como Panamá, con una diversidad tan maravillosa y que mucho de su bienestar y progreso deviene de su riqueza natural, las políticas a mediano y largo plazo en materia medioambiental son fundamentales; además, del riguroso cumplimiento de las limitaciones para que la intervención del hombre no altere de manera irremediable nuestro entorno. Los retos son cada vez más complejos, los funcionarios que ahora formarán parte de este nuevo ministerio, deben tener conciencia de que, si bien ‘se les ha elevado de rango’, esto solo guarda sentido si cumplen con su deber y desarrollan una labor de la que nos podamos enorgullecer y cosechar sus frutos en el futuro, con un país pleno.

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