• 17/04/2015 02:00

Inconcebible

El agua es vida. Sin agua no hay industria, no hay agricultura, no hay salud, no hay sociedad ni desarrollo. ¿Por qué la dilapidamos?

P anamá es un país bendecido por la naturaleza. Caudalosos ríos lo atraviesan y hasta usamos agua dulce para que barcos de todo el mundo crucen de océano a océano, a través de nuestro Canal. Triste es, empero, que teniendo toda esa bondad de la naturaleza, haya escasez de agua potable en todo el país. Triste es también que la mayoría de los ríos esté contaminada o que sus cauces languidezcan por la gran cantidad de potreros y afectaciones a sus cuencas. Es urgente que el tema del agua sea considerado un tema de Estado. No podemos seguir permitiendo que nuestro pueblo siga pasando por estas penurias. Es plausible entonces que el Gobierno del presidente Juan Carlos Varela haya ordenado a su ministro de Economía y Fianzas destinar cien millones de dólares para atender este problema. El agua es vida. Sin agua no hay industria, no hay agricultura, no hay salud, no hay sociedad ni desarrollo. Necesitamos hacer lo que haya que hacer para darle agua a la población y frenar la contaminación y la destrucción de los ríos y quebradas. El agua es el oro y el petróleo de nuestro país. ¿Por qué la dilapidamos?

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