• 18/07/2015 02:00

Solidaridad sincera

Aquel que de verdad quiere cambiarle la vida a otro, mejorar su situación, regalarle un futuro, simplemente lo hace

En Panamá, el segundo país con mayor inequidad de la región, lo que sobra es gente que necesita ayuda. Desafortunadamente, pareciera que lo que falta son personas que quieran extender la mano de manera desinteresada. En los últimos tiempos, pareciera que la solidaridad se ha vuelto una forma de mercadeo, una manera de vender una imagen amable y bondadosa para que los demás se lleven un buen concepto de nosotros. Por eso, la ayuda está condicionada a la presencia de cámaras y ‘flashes', al reconocimiento público y al elogio de los demás. Cuando los reflectores voltean hacia otro lado, entonces, la colaboración culmina. ¡No! La miseria ajena no puede ser un negocio ni una herramienta para acrecentar la popularidad. ¿Dónde ha quedado el corazón de la humanidad? ¿Cuáles son los valores de esta sociedad? El que de verdad quiere ayudar, al que no le interesa la aprobación del resto ni lucrar con un buen gesto, hace las cosas en silencio, sin la intención de llamar la atención. Aquel que de verdad quiere cambiarle la vida a otro, mejorar su situación, regalarle un futuro, simplemente lo hace. Sin pedir nada a cambio, sin convertir una obra de caridad en algo ‘fashion' o mercadeable. Dar es bello, dar de verdad, lo es mucho más.

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