• 05/04/2016 02:00

En nombre de Panamá

En nombre del buen periodismo, hay que poner las cosas en su lugar y por eso exigimos respeto al nombre de Panamá

Panamá ha registrado un crecimiento envidiable en más de una década, está previsto que siga fortaleciéndose con la apertura de la ampliación del Canal, el avance del sector turismo y su bien regulado sistema bancario. El pasado quinquenio logramos grado de inversión y el Grupo de Acción Financiera (GAFI), que consideraba al país "no colaborador", lo reconsideró en febrero pasado, reconociendo nuestros esfuerzos en transparencia. La República de Panamá aprobó en 2015 la Ley 18, que adelantó la entrada en vigor del régimen de custodia de acciones al portador; la Ley 22, que sanciona a las sociedades que no mantengan actualizados sus registros de accionistas y la Ley 23, conocida como 'ley antilavado'. Los pasos de Panamá han sido contundentes y en la dirección correcta, aunque siempre habrá más por hacer, porque la delincuencia trasnacional no descansa. La OCDE, sin embargo, nos mantiene en su injusta lista y con toda su presión, acusa a Panamá de esconder información y pretende que se entregue información fiscal o financiera a cualquier país miembro, a pesar de que la política de Panamá es hacerlo de forma bilateral y por solicitud expresa, como también lo hace Estados Unidos y otros miembros de esa organismo de países desarrollados. En este escenario, casualmente, aparece en medios de comunicación internacionales una información filtrada sobre la firma de abogados Mossack Fonseca, que fue entregada a un periódico y a las autoridades de Alemania. A esta investigación no le han llamado ‘Los papeles de Mossack Fonseca', sino ‘Los papeles de Panamá'. Ninguna firma de abogados es un país, por lo que no cabe el nombre periodístico que se ha dado a las publicaciones que han dado la vuelta al mundo. La República de Panamá no protege corruptos, ni narcotraficantes ni evasores. Estos no son "Los Papeles de Panamá". Si algún país persigue a sus ciudadanos por acciones ilícitas o delincuenciales, que soliciten la información pertinente a las autoridades, que deberán responder con los ‘papeles panameños", los de verdad, los oficiales, los que se proporcionan por ley. Como igualmente, si estas filtraciones conllevan investigaciones en nuestro país, el Ministerio Público, como corresponde en un Estado de Derecho, deberá actuar sin dilación. Nuestra posición y propósito es defender el nombre de Panamá, pues, lo mínimo que habría que decir es que la mayoría de las sociedades constituidas por Mossack Fonseca se registraron en países de todo el mundo. Somos un país pequeño geográficamente, pero grande en determinación. Defendemos a Panamá, porque es injusto que se denigre el nombre de este país, so pretexto de perseguir corruptos o evasores, o basándose en comportamientos irregulares de empresas abogadiles que en cualquier parte del mundo utilizan este mismo sistema de crear sociedades 'offshore'.Panamá no es un paraíso fiscal, ni país para corruptos. Somos gente buena que luchamos hombro a hombro para alcanzar crecimiento y desarrollo. Con nuestras virtudes y fallas, vamos por el camino correcto. Y en nombre del buen periodismo, hay que poner las cosas en su lugar y por eso exigimos respeto al nombre de Panamá.

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